viernes, 2 de marzo de 2012

CAPÍTULO X : Manuel Gómez-Moreno

[ -Recogemos las páginas principales del libro "Textos iberos" (en imágenes); resumiendo a su lado el contenido, para quienes no tuvieran tiempo de leer las hojas escaneadas. Tras ello y en virtud de lo que se va exponiendo, añadimos nuestros comentarios y teorías. Opiniones personales, disertaciones e hipótesis sobre lo dictado en el libro, que incluimos en párrafos continuados a las fotos y en letra cursiva. Teorías propias que en algunos casos estarán de acuerdo con las incluidas en el texto que resumimos, aunque en otros, serán muy distintas-.]

AL LADO: Página inicial del Capítulo X en el que trata de Manuel Gómez-Moreno, que da comienzo exponiendo como hasta que este autor resolviera el alfasilabario, cada investigador interpretaba de un modo individual los caracteres ibéricos (existiendo múltiples teorías sobre el valor de cada signo). Fueron Zóbel -a fines del siglo XIX- y mucho más tarde, Pio Beltrán Villagrasa (matemático que idea un sistema basado en el cálculo de probabilidades), quienes establecen una pautas más o menos indiscutibles. Sobre estas, posteriormente (entre 1940 y 1960) Gómez-Moreno ya consigue descifrar el alfabeto ibérico de manera indiscutible. Tras ello, la hoja que recogemos en imágen, pasa a hablar sobre la "escuela inglesa" de arqueólogos, nacida a fines del siglo XIX y encabezada por personajes como Evas, quien descubrió la civilización minoica (que hasta él se consideraba parte de la helena).


BAJO Y JUNTO ESTAS LINEAS: Al lado, foto de Sofia Schliemann posando con las llamadas joyas del tesoro de Príamo. El famoso descubridor de Troya (Heinrich Schliemann), tras llegar a Grecia solicitó al Obispo de Atenas que le presentara a una bella e inteligente griega, a la que le atrajera el Mundo Antiguo. Ello para contraer matrimonio con alguien que compartiera sus aficiones, tanto como para soportar vivir en los campos de excavación. La elegida fue esta Sophie, quien verdaderamente se convirtió en una incomparable compañera. Que habitó sin problemas en las tiendas de campaña veranos e inviernos -entre buhos e insectos-, hasta que un día recibió una merecida recompensa. Aquella fue el hallazgo de un conjunto de orfebrería compuesto de collar y diadema, al que lamaron el Tesoro de Príamo. En la foto de época, la mujer de Schliemann posa con las joyas recién halladas en Troya (observemos que aquellas son en bastante parecidas a la moda ibérica que lucen nuestras damas ibéricas, tanto como a las diademas -muy posteriores-, que se han hallado en la Península).

ABAJO: Alfabeto Silábico Lineal A (pictográfico) anterior al 1650 a.C., tal como Paul Faure lo recoge en su libro "Creta". Sabemos hoy que hacia mediados del siglo XVII a.C. el volcán Tera Santorino entró en terrible erupción que duró meses, provocando maremotos e inundando el Mediterraneo de lava. Esta hecatombe que duró más de un año, cubrió las proximidades de cenizas, polucionando las aguas y el aire, generando lluvias de humo volcánico que impidieron hasta el verano. Sabiéndose que devastó toda las zonas cercanas al Tera, en un radio de centenares de kilómetros, haciendo caer o desaparcer el Imperio Minioco. Tras aquello, se desarrolló en Creta un nuevo periodo dominado ya por Micenas, donde el idioma fué escrito en un silabario descendiente del anterior y que se denomina Lineal B, pero que redactó sus tablillas en una lengua pre-helena ("aquea" o micenia).


AL LADO: Siguiente página en la que expone como Evans descubre una cultura anterior a la Micénica en Creta; la del rey Minos, que hasta su época se tuvo por inexistente o legendaria. Del mismo modo, halló que la civilición minóica escribía en un sistema silábico que permaneció en dos etapas. El que llamaron Silábico Lineal A -nacido del pictográfico- que fue utilizado desde fines del III milenio hasta la destrucción del Imperio de Minos (en el 1650 a.C.). Siguiéndole luego el denominado "Lineal B", con unos iguales signos no pictográficos, pero que estuvo redactado en un idioma distinto al anterior. Por su parte, la lengua de este Silábico Lineal B fue descubierta por dos jóvenes a mediados del siglo XX: Chadwik y Ventris. Quienes llegaron a traducir el idioma cretense escrito entre los siglos XVII al XII a.C., tras intuir que se trataba de un tipo de griego arcaico.


JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Al lado, una de la múltiples damas del Cerro de los Santos (que se data hacia el siglo IV-II a.C.). Observemos el parecido entre esta y las esculturas de época un poco anterior chipriota.


ABAJO: Dama chipriota fechada en el siglo V a.C. (pertenece a la colección Boisse, a la que agradecemos nos permita divulgar su imágen). Como venimos diciendo, el alfasilabario ibérico es descendiente directo de los Egeos (más concretamente de los silabarios creto-chipriotas, tanto como de los alfabetos jónico-cretenses). De igual manera, la escultura de la antigua Iberia está profundamente emparentada con la de estas islas (especialmente con las de Chipre).

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: AL LADO, Siguiente hoja en la que expone la importancia de las lentas (pero seguras) labores que hizo Gómez-Moreno entorno al idioma prerromano penínsular. Quien en 1922 ya publica su primera obra referente a esta escritura; aunque para que sus investigaciones dieran fruto necesitaría casi cuarenta años más. Así será entre 1940 y 1961 cuando completará sus estudios, llegando a resolver plenamente en signario silábico y alfabético de los iberos.
ABAJO: Fotografía tomada a Manuel Gómez-Moreno en su despacho y en los años en los que terminaba sus estudios sobre iberismo. En siguientes entradas profundizaremos en sus teorías y en sus descubrimientos entorno al alfasilabario prerromano.














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