miércoles, 25 de julio de 2012

CAPÍTULO XIII (B) CONTINUACIÓN: Teoría sobre una gramática de los textos iberos


Continuamos con el análisis y resumen del libro TEXTOS IBEROS -de Mario Gómez-Morán Cima-; en su capítulo XIII (segundo), donde trata sobre las reglas gramaticales que conforme a su teoría, posibilitarían traducir el idioma prerromano peninsular. Tal como hemos realizado en artículos previos, recogeremos las páginas del libro en imágenes, resumiendo en letra cursiva y a un lado -o a "pié de foto"- su contenido. Tras ello, en párrafos siguientes, expresaremos nuestras opiniones y diversas teorías personales -en ocasiones conformes con las de Mario Gómez-Morán y en muchas otras, divergerte-:

AL LADO:
Siguiente página del libro que comentamos en su capítulo XIII (B). Hoja 67 en la que comienza a exponer las reglas gramaticales que hemos de aplicar en la epigrafía ibera, para poder interpretarlas desde el griego jonio arcaico. Explicado en su epígrafe V el valor correspondiente de las vocales. Consecuentemente, las letras que en los signarios iberos trasliteramos por A, E, I, O; debemos traducirlas por las griegas  . Por su parte, la letra ibera "A" pudiera ser además de una "alfa", una "eta". Tanto como la "I" ibérica a más de "iota", puede ser "ypsilon". A la vez que hemos de observar que la "U" ibera suele ser una "omega" . Es decir: = "a" ibera // = "e" ibera // = "i" ibera // = "o" ibera //  = "u" ibérica.
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A continuación expone que el motivo por el cual en su opinión el alfabeto ibero tan solo tiene cinco vocales, que se debería a las diferentes pronunciaciones griegas; siendo la de marineros y gentes comunes muy corta. Por ello dice, habría que distinguirse el habla culta que diferenciaría perfectamente las  , de la coloquial que nos llegó y que tan solo contendría los sonidos más sencillos. Considerando que debido a ello, mientras el griego tiene siete vocales, los iberos tan solo pronunciarían cinco (como un habla importada por gentes que tuvieran un griego arcaico común, sin acento culto).
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Tras ello pasa al epígrafe VI, en el que trata sobre las consonantes definidas; comenzando por las que no ofrecen dudas en su equivalencia. Ellas son tres: "L", "M", "N" ibéricas, cuyo sonido y trasliteración es igual a las nuestras y que identifica con las griegas " ". Pasando más tarde al apartado VII, en que tratará de las sonantes no definidas; letras entre las que se halla la "R" ibera y la "RH" o "RR", como letra extraña cuya escritura y diferenciación con la anterior es clara. Igualmente sucede con la "S" y la "SH"; siendo la primera una sigma y la última posiblemente una "xi" o una "psi" () -para él-.


AL LADO:
Página siguiente del capítulo XIII (B) en la que continúa exponiendo  que algunos textos (como el bronce ibero de Botorrita) tan solo usa un tipo de "R" . Deduciendo debido ello y a otras causas -que a lo largo de sus traduciones pueden deducirse-, que una de estas "R" sería una sigla, no una letra (propiamente). Signo o símbolo de una palabra que se correspondería la de "Rey -mayor-"; inicial procedente de la voz griega (el poderoso) y que traduce como "Emperador" o "rey de la liga" -considerando que se trata de una "R" que indicaría al "gran gobernante" o "jefe de jefes"-. Por su parte, como dijimos las letra ibera "S" simple ha de traducirse como una "sigma" griega; mientras la "SH" ibérica(escrita en forma similar a nuestra "M") se correspondería con una "zeta", "xi" y "psi" ().
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El epígrafe VIII sigue con las nueve oclusivas, de las que tan solo el ibero distingue tres sonidos. De tal manera las labiales serían "P", "B", "F" (que no se diferenciarían) pudiendo considerarse cualquier texto escrito con una labial ibérica que se traduce por "B", uno de los tres caratceres griegos: . En las dentales sucedería lo mismo, pues como ya sabemos la que se traduce comunmente por "T" ibérica, puede ser leida como una "T", "TH" o "D", lo que significaría "Tau", "Theta", o "Delta" y consecuentemente la "dental ibera", equivaldría a: . Finalmente las guturales con sonido "G", "K", "J", tienen el mismo problema; habiendo de leerse indistintamente como las letras helenas: .
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Seguidamente, cita el hecho curioso de que el alfabeto jonio ibero (el llamado greco-ibérico) distingue entre la "K" y la "G", tanto como entre la "T" y la "D", algo que nos idica como su pronunciación hubo de ser diferente a la de los comunes alfasilábicos, que no diferencian entre guturales y dentales. Aunque olvida el autor incluir algo también destacable, como lo es que ese signario greco-ibérico carezca de "M" (un asunto sobre el que más abajo trataremos, habida cuenta que fue gran tema de estudio para el profesor Rodríguez Ramos). Terminando con la explicación de que para hallar las equivalencias entre lo escrito en ibero y la grafía española, hay que salvaguardar siempre la gramática española, debido a que no pueden escribirse las series sirviéndose de letras como la "C". Ello porque "C + VOCAL", forma "ca, ce, ci, co, cu"; variando el valor de lo transcrito que ha de considerarse "ca, ke, ki, co, cu". Del mismo modo si se trata de dentales habría que escribirlas en castellano, "za, ce, ci, zo, zu"; por lo que mejor es transcribir siempre "ka, ke, ki, ko, ku" o bien "za, ze, zi, zo, zu".




Comenzamos comentando la página primera -arriba recogida- en la que se afirma que las letras iberas se transcribirían al griego del siguiente modo:
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= "a" ibera // = "e" ibera // = "i" ibera // = "o" ibera //  = "u" ibérica
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Internándose así en el primero de los grandes problema a resolver acerca del idioma de los iberos, como es la equivalencia de fonética; que él considera ha de trasliterarse de la forma antes expuesta. Sin dejar lugar a dudas de que quizás tenga Mario Gómez-Morán razón -o al menos muchas razones- para llegar a tal afirmación (después de años traduciendo o intentando transportar los textos iberos al griego arcaico). No podemos olvidarnos también de expresar que el problema de las vocales griegas es muy profundo -desde un punto de vista filológico y técnico-. Más aún cuando tocamos temas referidos a los mencionados dialectos arcaicos, entre los que destacamos el jonio-eubeo; rama a la que considera este autor pertenecería el ibero escrito.
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Conclusión que no carece de fundamentos, dado que el mencionado habla originada en Calcis (Eubea) y extendida entre los jonios, fue la común entre los helenos colonizadores del Occidente mediterráneo. Tanto es así que era esta la "lengua" y acento heleno que llevaron los griegos hasta Magna Grecia (hoy Tarento, Sicilia, o Nápoles) e incluso el que llegó a las colonias del Oeste más lejano (Marsella o Ampurias). Debiendo creer que fuera el mismo tipo de dialecto que trajeron los que fundaron Alonis o Hemeroscopion -en la actual provincia de Alicante-. Lugares próximos a aquellos yacimienros en los que apareció la epigrafía ibera inscrita en alfabeto greco-ibero. Todo lo que explica que la teoría del jonio-iberismo (tal como la planteamos), no puede ser descartada.
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De ello considero que conforme expresa Mario Gómez-Morán en su libro (y como pude saber cuando cambiaba impresiones con él); finalmente pensaba firmemente que de haber sido el idioma escrito por los iberos un griego muy antiguo, este sería cercano al mencionado de Eubea (dialecto jonio hablado por quienes colonizaron el Occidente). Pese a ello -y como ya venimos expresando- mi juicio era muy distinto, considerando que se trataba más bien de una lengua mucho más arcaico y preheleno, de tipo creto-chipriota; no jonio. Ello, porque mi teoría era (y es) diferente a la suya, considerando personalmente que el origen del ibero hay que buscarlo varios siglos más atras y mucho antes de la aparición de su la epigrafía (la prerromana peninsular, que comienza hacia el siglo VIII a.C.). Habiendo nacido los escritos de Iberia, desde las lenguas y gentes venidas de Chipre, Creta, Anatolia y el Egeo  -a fines del II milenio a.C.-. No como nos lo plantea este autor, considerándola una lengua importada por los griegos jonios (o focenses); quienes colonizaron las costas de nuestro Levante entorno al siglo VI a.C.. Por lo que a mi juicio, los Textos iberos hemos de traducirlos valiéndonos de lenguajes de otros pueblos más lejanos en el tiempo y en la distancia; muy diferentes a los helenos de Ampurias y de Massilia.
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"Importadores" del idioma ibero que como hemos dicho, nos colonizan mucho antes a los griegos; viniendo a comienzos de la Edad del Hierro (o finales del Bronce). Marineros y adoradores del oro, plata y cobre, arribados en nuestro litoral junto a los fenicios (y con anterioridad a estos). Procediendo principalmente desde Chipre y las costas de Anatolia -huyendo de los griegos dorios y de la expansión de los "Hombres del Hierro"-. Pueblos egeos y orientales refugiandos en Occidente, que llegarían fundamentalmente hasta el Sur peninsular, buscando yacimientos y lugares donde establecerse. Haciendo así nacer a Tartessos y originando posteriormente el Periodo Orientalizante. Civilización tartessica o etapa del Primer Hierro ibérico meridional, que como ya dijimos fue impulsada no solo por la aparición de los fenicios, sino fundamentalmente por gentes venidas desde el Egeo. Colonizadores estos últimos que importarían -entre otros avances- el alfabeto ibero, que como hemos demostrado es una forma de escritura cretochipriota (alfasilábica).




AL LADO:
Planta del altar del Cerro de San Juan, de época tartessia, sito en Coria del Rio (Sevilla); tal como la recoge Ma. Cruz Marín Ceballos en su estudio "De dioses pieles y lingotes" -tomada del modelo publicado por J.L. Escacena (La arqueología protohistórica del Sur de la Península Ibérica; Madrid 2000, pag 181) al que agradecemos nos permita divulgar la imagen-. Observemos cómo este altar de Periodo Orientalizante, guarda claramente la figura de los lingotes cretochipriotas en forma piel de buey. Diseño que a su vez es igual al de los pectorales del tesoro del Carambolo; sobre cuyo significado e historia repetidamente hemos tratado en nuestros estudios de LO INVISIBLE EN EL ARTE. VER entre otros: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-8-9-9.html // http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6-7.html // http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/06/1-0-0-o-9-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0.html // http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/06/1-9-9-9-9-9-9-9-9-9-9-9-9.html
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ABAJO:
Grabado tomado de Antigüedades de Egipto (Napoleón, tratado sobre el Egipto Antiguo encargado por el emperador a la Comisión de Investigadores franceses). En la imagen correspondiente al Ramesseum de Luxor (Tebas, siglo XIII a.C.) vemos al rey Ramses II entregando oro, metales y piedras de paises extranjeros. Observemos el botín que lleva como ofrenda al templo y que seguramente procedente de victorias tales como la Batalla del Qadesh. Entre estos objetos preciadísimos podemos ver abajo claramente los lingotes de piel de buey, típicamente cretochipriotas. Talentos de cobre en forma de pellejos bovinos, que en el siglo XIII a.C. servían para comerciar ese metal, principalmente en la rutas abiertas entre Chipre y Cerdeña. Unos lingotes que antes del siglo XVI a.C. en Creta tuvieron forma de hacha (bipenna Labrys); y que como tal eran el patrón de marca o medida del dinero (puesto que se hubo de comerciar con hojas de armas). Talentos de los que sabemos, desde el XIV a.C. fueron transformándose y fundiéndose en Creta, Chipre y Cerdeña con la forma de pieles de ganado (otra medida o ponderal económico). Pasaron los siglos y el diseño a modo de bipenna o pellejo de toro, curiosamente se conservó como símbolo de los metales y de sus dioses (principalmente entre las culturas del cobre y del bronce). Una de ellas fue Tartessos, donde sus reyes o sacerdotes supremos debieron portar estos lingotes piel de buey hechos en oro; atributos que significarían el reinado y el poder concedido por los metales (el rey de la plata, cuya traducción al idiomas indoeropeos sería Arga-ntonios). Todo cuanto narramos no solo explica el significado del tesoro de El Carambolo, sinó una vez más vemos en ello la unión entre Tartessos, Creta y Chipre. Tanto como la inevitable comunicación de estas civilizaciones con el Egipto Antiguo (imperio al que abastecìan del cobre occidental los cretochipriotas y sardos, tal como se observa en el grabado bajo estas lineas).



El razonamiento expuesto fue objeto de varias discusiones, entre las que concluí finamente que debido a que la escritura alfasilábica ibérica fue muy anterior a la jonia ibera; ello obligaba a pensar que los de Creta y Chipre nos colonizaron idiomaticamente mucho antes que los griegos. Tanto era así, que el planteamiento de que el idioma recogido por los iberos, fuera un dialecto jonio chocaba con un problema. Problema irresoluble, ya que si se partía de que los helenos (focenses o venidos de la Jonia) al llegar a las costas de Levante en el siglo VII a.C., hubieran encontrado a los iberos hablando en un dialecto cercano a su idioma; no hubiesen modificado su alfabeto (eliminando consonantes y vocales). Simplemente habrían transcrito al nuevo sistema de letras griegas, aquella lengua que los habitantes autóctonos de la Península "parlaban" -o que inscribían, en un signario tan arcaico como el alfasilábico ibero-.
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Todo ello me hizo deducir que la lengua prerromana escrita en nuetras tierras, debió ser importada en la Edad del Bronce o pertenecer a la rama de las de Creta, Chipre o de Anatolia. Encontrándose probablemente entre las más antiguas del Egeo y de la actual Turquía -tal como lo son sus signarios-. Idioma que estaría emparentado con los helenos muy arcaicos, solo en la hipótesis de que los colonizadores hubieran traido el habla " más moderna" de las cretochipriotas. Refiriéndonos en este caso a la que se mantuvo en Chipre durante el periodo llamado "arcaico" (hasta el siglo IV a.C.). Algo que nos llevaría a pensar que fuera un griego de tipo arcado-chipriota y no propiamente del jonio-eubeo, que Mario Gómez-Morán consideraba. Aunque -como repetidamente expreso- en mi opinión creo que los colonizadores del final del Bronce, traerían una lengua mucho más antigua; hablada por entonces en Creta y Chipre (o en Anatolia). Un idioma emparentado con el Lineal B y con las micénias; pero quizás también próximo a los de Anatolia y muy cercano a las lenguas hititas.
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Pese a todo, la idea de que lo redactado por los iberos fuera una forma de dialecto eubeo, tiene una gran lógica; habida cuenta de que en el Levante peninsular aparecen escritos fechados al menos desde el siglo VI a.C. y recogidos en el alfabeto arcaico de la Jonia (en el denominado signario greco-ibérico). Aunque si formuláramos la teoría de que este fue el origen de la lengua de los iberos, nos quedaría un eslabón anterior perdido y sin resolver. Ya que considerando que fueran gentes de la Jonia quienes trajeron el idioma que los habitantes prerromanos peninsulares escribieron; faltaría por explicar la aparición del alfasilábico turdetano. Una forma de escritura que se da en el Sur (la zona tartessia), siglos antes de desarrollarse el signario greco-ibérico levantino.
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De tal modo, siendo unos doscientos años anterior la epigrafía meridional (silábica, tartéssica o turdetana) a la oriental (alfabética y de origen jonio); la lógica nos dice que los griegos que fundaron Hemeroscopion (Denia) o Alonis (Villajoyosa?), se encontraron con un pueblo que ya había sido colonizado por gentes orientales. Habitantes de Iberia, aculturados por "visitantes" venidos desde el Egeo, Anatolia o Asia Menor; con unas costumbres y lengua en gran parte comunes a las helenas. Por lo que los iberos que hallarían los colonos griegos -cuando estos se asientan en nuestras costas (tras el siglo VII a.C.)-, hablarían o escribirían un idioma que de algún modo les sería familiar, procedente de la familia caucásica y micenia (egea). Lengua que no sabemos si los iberos hablaban; pero que es seguro escribían en un signario alfasilábico, similar a los que habían visto los griegos en Anatolia o en el Egeo más antiguo. Textos o lenguaje ibero que estos jonios llegados hasta Levante, enseñarían a recoger también en sus caracteres propios; unos signos por aquel entonces muy modernos (llamados hoy alfabeto). Hecho este por el cual existe una epigrafía ibero-jónica; aunque ello no signifique que el idioma que hablaran o escribieran los habitantes peninsulares fuera un tipo de griego jonio. Sinó simplemente que los mensajes que los iberos recogían en forma silábica cretochipriota, fueron en un momento dado transcritos a ese nuevo sistema de signario: Un alfabeto heleno arcaico. Algo que sucedería evidentemente tras establecerse en nuestras tierras los griegos llegados desde la Jonia, Massilia y Magna Grecia, venidos hasta Denia, Leukade o Alonis (del mismo modo que al consquistar los romanos la Península, se hicieron inscripciones ibéricas en alfabeto latino).

AL LADO:
De nuevo traemos a imagen los pectorales del Tesoro de El Carambolo; esta vez con el fin de que observemos el parecido entre las anteriores imágenes y la joya tartessia. Viendo claramente que la planta del altar de Coria del Rio conserva incluso el diseño del "enganche", o engarce central que lleva uno de los pectorales. Por su parte, estos son casi iguales en forma a los lingotes cretenses y chipriotas con los que se comerciaba el cobre en el Egeo y que ofrece Ramses II en el grabado antes recogido.
ABAJO: Talento cúpreo del tipo llamado "piel de buey", esta vez sardo -procede de Serra Ilixi (Nuragus), se fecha en el siglo XII a.C. y es propiedad del Museo de Cagliari, al que agradecemos nos permita divulgar su imágen-. Como bien es sabido, durante todo el final del II milenio a.C. los habitantes de Cerdeña comerciaron el cobre, dándole esta forma. La enorme proporción de talentos de este tipo que se han hallado, hace imposible creer que esta isla pudiera haberlos producido en sus minas cúpreas. Habiendo de concluirse que los sardos navegaban hasta las tierras próximas -como las de Iberia-, para hacerse aquí con grandes cantidades de este metal. Viniendo concretamente hasta las proximidades del litoral atlántico, donde la abundancia de cobre era enorme (recordemos que las Minas de Rio Tinto eran ya explotadas desde -al menos- el 2700 a.C.). Igualmente, hasta estas tierras llagarían sardos y cretochipriotas por el estaño (escaso, por no decir inexistente en el Mediteráneo); tanto como por el oro y la plata, que los rios y yacimientos de Iberia tenían en grandes proporciones. Todo ello forjaría a fines del II milenio y principios del I a.C., una aculturación que culminaría con una civilización de nombre e historia legendaria: Tartessos. Cultura cuyo origen cretochipriota en mi opinión es indiscultible; tanto que el idioma que escribieron los tartessios hubo de tener una muy cercana procedencia al Egeo (estando seguramente emparentado con las lenguas cretochipriotas). Lo que se demuestra en su silabario (de este origen), pero que podemos ver también en estos lingotes llamados keftius -cretenses-, que se representan igualmente en múltiples lugares y objetos sacros tartessios (entre los que destaca su tesoro más valioso). 
  


Pero continuando con el libro que comentamos (TEXTOS IBEROS), donde se parte de la base de que lo escrito por los habitantes prerromanos, era un griego de tipo jónico. Su teoría es algo que aunque decimos no comparto, posiblemente goce de muchas razones y pueda ser una idea más válida que la mía propia. Por cuanto, ajustándonos al análisis del ejemplar que comentamos, vamos primero a tratar sobre el problema de las vocales y consonantes en estas lenguas arcaicas griegas de la jonia, comenzando por la dificultad de localización de las primeras. Consecuentemente, tal como la profesora Marisa del Barrio expone en su libro "El dialecto euboico" (1) ; las complejas normas para aplicar en esta pronunciación griega, en las modificaciones de vocales (los diptongos o crasis), son principalmente en el caso de hiato:


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Al margen de los anteriores hiatos, existen múltiples diptongos, entre los cuales muchos permanecerían de forma similar y sin cambio en sus vocales; al igual que se dan otras maneras de metátesis (de cantidad y abreviación). Siendo complejísima la averiguación cierta de las vocales eubeo-jónias, al incluirse la existencia de figuras tales como la pérdida intervocálica de la "iota". Dándose el caso común de que "ypsilon" pase en algunos textos a leerse "omicron"; tanto como la "iota" a principio de palabra se convierte en ocasiones en "épsilon" (al igual que la "" se hace ""). Con todo ello podemos comprender la dificultad de las vocales en los dialectos jonios, entre los que la definición clara de una letra por otra es tanta como pudiera serlo distinguir la "s" y la "z" en el habla andaluza. Pese a todo, tres reglas generales del eubeo como lo son: La pronunciación de "ypsilon" en forma cercana a la "omega; que la "eta" se convierte en "alfa" y que la mencionada "omega " pueda ser tenida por una "ypsilon". Están recogidas en la trasliteración de vocales que apunta Mario Gómez-Morán, cuando interpreta las letras iberas como griegas.
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Siguiendo con TEXTOS IBEROS, a continuación habla de las consonantes que considera perfectamente definidas y que son "M", "N", "L"; equivaliendo exactamente a las "" griegas. Algo que ya nos presenta un primer problema, habida cuenta que existe la idea defendida por varios iberistas de que la "M" prerromana no existe. Habiendo sido escrita esta letra en alfasilabarios con dos caracteres -en la forma "M" y "M^" (distinguidos)-, tendrían una fonética nasal y no se diferenciarían de la "N". Esta es la teoría del profesor Rodríguez Ramos (2) quien en el muy bien argumentado estudio sobre vocales y consonantes en la escritura ibera, llega a la conclusión de que los tres signos "M", "M^" y "N" han de leerse de una misma forma. Algo que se explicaría perfectamente por el hecho de que en el alfabeto greco-ibérico no exista la letra "M". Aunque si solo nos apoyamos en esta última idea para afirmar definitivamente que el resto de alfasilábicos de Iberia carecen de "M", tendríamos un gran problema. Ello porque como antes hemos visto, aún siendo verdad que este abecedario ibero de origen jonio, no hay "M" y tan solo existe la "N". En ese signario levantino también hay una diferencia insalvable con el resto de los silabarios ibéricos; este es que el greco-ibérico distingue entre la "T" y la "D", y entre la "G" de la "K" (lo que nunca ocurre en los otros alfasilábicos prerromanos peninsulares; en los que el sonido dental o el gutural, están unificados en un común signo).
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Por todo ello -a nuestro juicio-, no podemos afirmar de un modo definitivo, que en verdad el ibero confundiera el sonido la "M" con el de la "N". O si realmente prescindió de esta letra "M" en su alfabeto jonio peninsular, porque carecía de ella en su forma de hablar. Inclinándonos a pensar acerca de ese problema que en la Antigüedad la ortografía era inexistente, dándose un tipo de escritura "por aproximación". Algo que se hace evidente al menos en periodos arcaicos (épocas anteriores al clasicismo). Pues hasta que en las culturas se llega a un momento en el que se desarrollan unas reglas definitivas y comunes de escritura y ortografía; la forma de redactar nombres y palabras, goza de cierta libertad y de un alto grado de variaciòn (por no decir de "chapuza") . Debido a ello, creemos que quizás los iberos no carecieran propiamente de la "M" en su idioma (tal como concluye Rodríguez Ramos); sinó que en verdad les costaría mucho distinguirla de la "N", por un problema de inexactitud al definir lo que escribían. Algo que les llevaría a prescindir de esta letra "M" en el caso del alfabeto levantino; o a confundirla de continuo con la "N", en el resto de la epigrafía alfasilábica. Hechos comunes en todos los idiomas y dialectos antiguos, que terminan por desechar una letra, por desuso o por no saber distinguirla de otras (tal como sucedió con la cedilla en castellano, que dejó de escribirse al no distinguirla de la zeta).

AL LADO:
Uno de los pectorales del tesoro de El Carambolo, pintado por nuestra mano y donde podemos ver el parecido con la planta del altar de Cerro de San Juan (en Coria del Rio). En nuestro blog LO INVISIBLE EN EL ARTE hemos analizado el significado de estos pectorales llegando a la conclusión de que se trata de "los bueyes de Gerión". Preciadísimos toros que poseía este rey del Sur de Iberia y que Hércules robó en las inmediaciones de Tartessos, para llevarlos hasta Grecia. Leyenda que en nuestra opinión simboliza los lingotes "piel de buey" y la pecunia (que se medía en cabezas de ganado); metales que los helenos vinieron a mercadear en el extremo Occidente. Oro, plata y cobre que tanto abundaba en Tartessos y que lograron llevar hasta Grecia los jonios, al menos desde la época de Kolaios de Samos. Adquiriéndolo a precios muy bajos; tanto como para considerar que lo robaban. Todo lo que generaría el mito de los "bueyes de Gerión", que simboliza esta exportación del bronce desde la Península Ibérica, hasta la Hélade; trasladado de un modo semisecreto -sin que otros comerciantes del metal conocieran de dónde procedía-, y escondido (fuera del alcance de los fenicios, que gozaban del "monopolio" de Tartessos). VER ENTRE OTROS http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-8-9-9.html
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ABAJO: Diversas hachas votivas en oro puro, procedentes de Cnossos, y fechadas hacia el 1600 a.C.(tal como se exponen actualmente en las vitrinas en reforma del Museo de Heracleion, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Repetidamente hemos explicado en nuestros artículos de LO INVISIBLE EN EL ARTE http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1-6-7.html , como el origen del pectoral del Tesoro de El carambolo y de los lingotes tipo "piel de buey" estaría en las hachas de la Edad del Bronce. Bipennas que se comercializarían o cambiarían como ponderal, terminando por convertirse en piezas de trueque, con un valor concreto ("pecuniario"). De ello surgiría el patrón con el que se comerciarían los metales en la Edad del Bronce; medida en peso y uso de bronce que paulatinamente se iría cifrando y dando equivalencia a otros más preciosos. De ello y de la idealización de la plata y del oro, se instituirían unos patrones mercantiles; nacidos fundamentalmente por el valor otorgado a los metales que no se corrompían con el paso del tiempo (en los que se podía labrar la efigie o el nombre de un rey o un dios, para la eternidad). Finalmente, el culto a la metalurgia y al bronce daría como resultado la adoración al hacha doble, que en Creta sabemos se denominaba Labrys y dió nombre al famoso Laberinto. Siendo estas bipennas de oro halladas en las salas sagradas del Palacio de Cnossos, el ejemplo más claro de la veneración al metal en forma ponderal y de uso, como un hacha y un adorno precioso. Formas que como decimos en nuestra teoría, derivaron hacia la de la piel del buey; lingotes que daría lugar posteriormente a otros adornos y atributos sagrados -como los pectorales del Tesoro de El Carambolo-.



Decíamos que no podemos saber si la inexistencia o confusión entre la "M" y la "N" de los iberos se debe a problemas de pronunciación o de perfeccionamiento en la escritura. Ello porque en la propia Grecia Clásica se da el mismo caso de desaparición o exclusión de nasales, dejando de existir ante oclusiva. Este es un hecho que la profesora Marisa del Barrio (3) destaca como un rasgo de los dialectos jónicos, exponiendo que en ocasiones ante una labial, desaparece la "mi" o la "ni" -tal como sucede en que queda escrito en dialecto euboico como - . De igual modo, la mencionada profesora cita el fenómeno común de la "asimilación consonántica", por la que las nasales se unen a oclusivas, desapareciendo totalmente ante silbantes. Algo que ocurre en formas como  que antes de ser reconvertida era . Siendo hechos como estos que se producen en los idiomas mediterráneos orientales antiguos, los que nos pueden hacer dudar sobre si la inexistente "M" en el alfabeto greco-ibérico se debe a la carencia de este sonido o a la sustitución del mismo ante determinadas vocales y consonantes.
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Siguiendo con el libro que comentamos (TEXTOS IBEROS), pasa porteriormente en su página 67 a tratar sobre las oclusivas no definidas, siendo estas los dos tipos de "R" y de "S" existentes en los alfabetos y alfasilabarios prerromanos peninsulares. Letras que se trasliteran a caracteres latinos como "S" y "SH", y por "R" y "R^" (o bien "RR"). Sobre las que afirma Mario Gómez-Morán que la "R^" -compleja- es una inicial correspondiente a un título o rango de poder, mientras considera la "R" -simple- una letra de uso común. No podemos estar de acuerdo con tal teoría, al darse el hecho de que en algunos alfabetos arcaicos egeos aparece esta "R^" extraña, que varios autores interpretan como "RR" o bien "RH". Una letra cuyo sonido no está muy definido, pero que en verdad conforma palabras en varios de los dialectos más antiguos griegos, formando parte del alfabeto de Tera ( en el siglo VII a.C.) y del de Creta (desde el siglo VIII a.C.). Debiendo considerarse esta "R^" un rasgo típico de los idiomas cretoegeos o cretochipriotas, donde -como podemos ver en el cuadro que adjuntamos más abajo-, se dan estos dos tipos de "R".
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Sobre las silbantes, afirma que la "S" simple se correspondería con la "sigma" mientras la "SH" (escrita comunmente en forma cercana a nuestra "M") se trasliteraría por una "zeta", "xi" o "psi". Aún estando de acuerdo sobre que el valor de este extraño carácter, no sea propiamente el de la "doble sigma" (que muchos le dan). Es mi opinión muy personal, que el problema de la "SH" es difícil y muy peculiar en los idiomas helenos; más en sus dialectos. Algo que posiblemente se deba al ceceo y seseo (tan típicos en el Mediterráneo). A todo ello se le sumarían formas lingüisticas comunes entre los jonios como lo son el rotacismo y la asibilación. El segundo caso es muy común en la Hélade consistiendo en sustituir sílabas que contienen "t", por "s"; dándose de continuo el cambio de "" por ""; tanto como el de la forma "" por "". Sobre el rotacismo de "S" nos dirá la profesora Marisa del Barrio que es una típica característica de dialectos de Eubea y Jonia, trasladado a las colonias de Occidente. Haciendo mención especial a las "sigmas dobles" que sufren este proceso, cuando proceden desde "tau" o "teta".
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Siendo en todo ello muy importante aportar un dato personal, como es el de que estas "SH" pueden ser igualmente sonidos eteo-cretenses, donde gran parte de las voces "geonimas" contienen "sigmas dobles". Este es el caso de Cnossos, Colessos o Mikalessos; topónimos de origen cretense y que conservan este rasgo de "SH" que también se contiene el nombre de Tartessos. Por lo demás y en mi opinión personal el sonido o equivalencia de esta "SH" no está bien definido; tanto que al final de la presente entrada hemos tomado un ejemplo de inscripción arcaica griega que contiene varias de estas "SH". En su traducción intentaremos demostrar que la equivalencia a dar a esta letra muy antigua, escrita con la foma similar a nuestra "M", no es clara. Tanto que en unas ocasiones se ve que ha de pronunciarse "Xi" (), en otras "sigma" () y en algunas hasta "ji" (). Por lo demás, y en referencia a las silbantes, termina este epígrafe de "Textos ibéricos", comentando la existencia de una composición de dos consonantes, usada por los iberos como "ST"; que no se correspondería con la unión de "sigma" "tau" () griega. Sinó con la de "zeta" "tau" ().
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ABAJO: Diferentes alfabetos arcaicos, comparados con los caracteres de los distintos signarios ibéricos. Oservemos en ellos letras como la "R^" (o bien "RR") que se contiene en los alfabetos iberos -a excepción del celtibérico- y en los cretochipriotas. Al igual que la "SH", utilizada ya en los primeros signarios fenicios del II milenio a.C. y que se halla en todos los arcaicos griegos y en los ibéricos (escrito con una forma cercana a la "M" nuestra y que sin lugar a dudas se trata de una sigma mayúscula tumbada: " M = " ).



Continúa TEXTOS IBEROS en el epígrafe VIII, hablando de las oclusivas y mencionando lo que sobradamente conocemos: Que de las nueve comunmente existentes, tan solo diferencian los silabarios peninsulares tres; una por cada sonido.
Gutural, siendo igual la "G", "J", o "K" (traslitaredas a unas posibles ). Labial que confunden los iberos en un solo signo y que significa indistintamente "B", "P" y "F" (trasliterados a posibles ). Dental, que igualmente se representa con un mismo carácter que puede ser leido como "D", "T", "TH" (que deben trasliterarse a posibles ) - dentales a las que yo personalmente pienso habría que incluir la "zeta" griega-.
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Termina este párrafo exponiendo que en el caso del alfabeto greco ibérico, no se encuentra ninguna oclusiva aspirada, excluyendo la "zeta" y la "fi". Algo a lo que por nuestra parte añadimos que nos debe llevar a pensar o a intuir que muy probablemente en la pronunciación ibérica no existieran estos sonidos (). Pese a lo que siempre hemos de pensar que pudo haber fonemas muy cercanos, aunque por falta de conocimientos -o de práctica lingüistica- no se llegaran o lograran escribir. Por lo demás, destaca el hecho bien curioso de que en este alfabeto jonio con el que recogieron textos iberos, se distingue entre la "T" y la "D" o la "G" de la "K"; siendo tan solo la "B" la que no se diferencia de la "P" (o viceversa -al carecer de otra labial-). Constituyendo un rasgo también muy extraño que ese signario levantino (que más abajo podemos ver) no tenga tampoco "N" (o bien "M"). Rasgos estos que le alejan un tanto el sistema greco-ibero, de los comunes alfasilabarios ibéricos que nunca diferencian entre la "G" y la "K", ni la "D" de la "T".
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Para finalizar la página 68, nos advierte de que no se debe aplicar la fonética española en los silabarios iberos, habida cuenta de que al "castellanizarlos" se produce en ocasiones situaciones como la conocida de la: "ca, ce, ci, co, cu". Sílabas que no son una serie igual, ya que realmente se pronuncia en español "ka, ze, zi, ko, ku". Partiendo de estas y otras pautas que nos da, iremos intentando ver cuanto puede haber de cierto y de acierto en su teoría sobre el jonio-iberismo. Intercalando en el análisis y estudio de TEXTOS IBEROS las ideas nuestras, que como hemos repetido consideran más bien que el idioma escrito por los iberos es de raiz y origen creto-chipriota o anatolio (mucho más antiguo y perteneciente a las lenguas de la Edad del Bronce).

AL LADO:
De nuevo traemos la imagen del alfabeto de origen egeo usado para escribir idioma ibérico en la zona de Levante, después el siglo V a.C. (tal como lo regoge el libro TEXTOS IBEROS que comentamos). Observemos las tres grandes diferencias con el resto de los signarios ibéricos (al margen de que los otros fueran alfasilábicos). Siendo ellas: La carencia de la "M", la determinación entre "T" y "D", tanto como la existencia de "G" y "K" distinguidas. Todo esto, podría plantearnos la existencia de una lengua muy diferente escrita con el alfabeto greco-ibérico con las del resto de la Península; algo que no es cierto porque se recogen las mismas palabras -aunque prescindiendo de la "M" o distinguiendo entre las consonantes antes mencionadas ("T" y "D"; o "G" con "K")-.
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ABAJO: Fragmento de una copa perteneciente al Museo Nacional de Atenas (al que agradecemos nos permita divulgar la imágen) en la que comunmente se dice, se representa a Timonidas acechando a Aquiles. En las inscripciones de la escena pueden verse los rasgos del idioma arcaico o jonio antiguo, conteniendo varias letras compartidas con las del alfabeto ibero (alfasilabarios y del levantino). Entre estas, destaca la "SH" escrita aún en el Egeo en la forma similar a nuestra "M". Considerada por muchos una "sigma doble" y que más bien parece una "xi" o una "psi" para otros. En mi opinión personal creo que esta "SH" realmente está sin definir, habiendo de interpretarse como "algo" cercano a la "sigma", pero conteniendo en ocasiones hasta sonidos cercanos a la "ji" (. Igualmente son de destacar la "eta" inscrita en diseño (parecida a una "B" nuestra), típica de los alfabetos arcaicos helenos. Tanto como la "tau" o "theta" con la forma de una circunferencia con una cruz dentro (símbolo muy próximo al que usan los iberos con equivalencia similar: "TE") -al igual que otros signos muy arcaicos, como una posible "digamma" y una forma extraña de "xi"-.
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Por lo demás, aunque se diga que la escena representa a Timonidas (o Temonedas), creo que ello se debe a una mala lectura de los nombres. Ya que la primera letra a modo de "M" que hay escrita delante del guerrero agachado, es la "desconocida" y arcaica "SH?". Carácter que de analizarse bien quizás pueda hallarse en su valor verdadero (o correspondiente con otro sonido cercano en el alfabeto clásico griego). De ello, me aventuro a decir que tal vocablo pintado delante del escudo del hoplita es literalmente  ; habiendo de considerar la "M" como una extraña sigma que transcribiría tal leyenda como TESHONEDASH (). Pese a ello, la palabra ni corresponde a nombre alguno de héroe o dios, ni encaja con voclablo griego. Aunque si cambiamos el valor de la "M", que hemos considerado una "sigma doble"; por el de una extraña "JI" (), curiosamente la leyenda cobra significado.
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De tal manera, lo que rodea a la figura de la izquierda (soldado armado y agachado) serían las palabras: TESHONEDAS : SHEIRA : AKELEISH (). Si interpretamos la "M" como un sonido que posteriormente da lugar a una especie de "JI" () o "KAPPA" (), TEJONEAJ encontraremos que nos dice algo referente a que significa "armas" y que se refiere al verbo  voz cuyo sentido está unido a "artesano", "artista", "el que fabrica un objeto artistico". La siguiente palabra sería JEIRA () que procedería de , cuyo significado es "mano" ("hacer a mano" o "tener en la mano" -como acus.-). Finalmente lo que hay después inscrito es claramente Aquiles; refiriendo la leyenda aquien hace las armas (manualmente); artilugios que en sus manos porta Aquiles. Habiendo de destacar que también se refiere a un estado en que (las manos) del guerrero se preparan para el combate -tal como aparece Aquiles pintado en el vaso-.
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Al otro lado de este héroe, se observa una escena donde una ninfa figura fundiendo el rayo y tras ella hay un muchacho sobre cuya cabeza leemos XANTOSH () cuyo significado es rojizo, rubio. Abajo algo que indica "IROtELOSH" (), que seguramente es procede del jonio arcaico "ieros-telos" () cuyo significado sería "santísimo", "santo supremo". Sobre los caballos leemos la palabra "ASHOPASH" () que hace referencia al nombre de Asopo (dios y rio de igual denominación). Frente a una figura de mujer pone "THEOSH" () refiriendo al nombre de dios -o al de ella-. Y finalmente a la izquierda se puede ver que dice tras una figura de hombre "GREASHOSH" y frente a él "EO". Todo lo que indicaría que pone "greafos eo" () cuya traducción sería "dibujo o pintura mía".
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De cuanto leemos en este vaso arcaico jonio, podemos ver que los valores de muchas letras no están completamente confirmados; pudiendo leerse la "SH" (escrita "M") a veces como "sigma", en otros casos como "ji" e incluso en ocasiones como "fí" (algo comprensible dado que la letra "F" en griego es muy tardía). Por lo demás, la extraña escena recrea a Aquiles agachado mientras recibe la bendición las armas (que un sacerdote y una ninfa hacen). Siendo su traducción einterpretación la siguiente (en mi opinión personal):
-El texto nos diría, "PINTURA MIA" (escrito sobre lo que pudo ser un autorretrato o caricatura del pintor). Frente a este cartel, hay una mujer y un caballo a los que rodean las palabras "THEOS ASOPOS", que con toda seguridad se refiere al dios de esta denominación (personificación de un rio). Padre de Egina a quien Zeus le entrega la fuente de Pirene, aniquilando de un rayo al progenitor y convierténdolo en un lecho fluvial (el Asopo); rio donde se hallaba carbón. Por su parte, Egina fue madre de Eaco, hijo de Zeus y dios de los infiernos; personificaciones que creemos se encuentran en los siguientes dioses pintados en la cerámica.
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Consecuentemente, los dos personajes que aparecen junto a la fuente de la que mana metal fundido o el rayo de Zeus, serían: Egina y Eaco. Sobre este segundo hay escrito XANTOSH () cuyo significado es "rubio, rojizo" y a su lado "IROtELOSH" (), que hemos dicho significaría "ieros-telos" () cuya traducción sería "santísimo", "santo supremo". Ello como epíteto del sagrado Eaco, dios que se tenía por uno de los más pios y que aparece como forjador del metal; por ello quizás el nombre de rubio (o rojo). Estando junto a su madre Egina, diosa que forja el rayo, y que era hija de un rio donde se hallaba el carbón; mineral necesario para realizar el trabajo artesanal de las armas de Aquiles. Tras ellos se hallaría, Pegaso; caballo que tal como dice la leyenda, fue hallado junto a la fuente de Pirene. Manantial cuyo nombre claramente habla del nacimiento del fuego (pyros), algo que también se identificaría con el carbón -que dijimos se hallaba en el rio Asopo, padre de Egina-.
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Todo lo que simbolizaría "el secreto del hierro", para cuya forja y temple se precisa carbón y agua; que se mostraría en los mencionados dioses del infierno (del fuego y de los manantiales). Por lo demás, el vaso cerámico estaría firmado y contendría un autorretrato del pintor y quizás otro de su mujer; entre las dos figuras de la izquierda y sobre las que pone "PINTADO POR MI" = "greafos Eo" (). Para "más dedicatoria" y firma de la pieza, en la parte donde se habla de Aquiles y sus armas, vimos como decía: TESHONEDAS : SHEIRA : AKELEISH (). Que traducíamos por "Objeto artístico (o arma) fabricado a mano, Aquiles". De lo que no nos debería extrañar que el pintor tuviera este nombre y en la mencionada leyenda hubiera que leerse: "PINTADO POR MÍ; AQUILES LO FABRICÓ ARTESANALMENTE, SE SU MANO". Este último es un caso de inscripción griega (identificada hasta hoy como Timonides y Aquiles) que muestra y demuestra la dificultad de interpretación de los textos arcaicos -pese a que sean en una lengua tan sobradamente conocida como la griega-. De un mismo modo en él puede verse que la susodicha "SH" tiene valores muy diversos y nunca definidos del todo.


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CITAS:



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(1): EL DIALECTO EUBOICO, Marisa del Barrio; Ediciones Clásicas MADRID 1991



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(2) VOCALES Y CONSONANTES NASALES EN LA LENGUA IBERA, Prof. Jesús Rodríguez Ramos (Univ. Aut. Barcelona)
Faventia 22/2, 2000 pags. 25-37.
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(3): EL DIALECTO EUBOICO, Marisa del Barrio; Ediciones Clásicas MADRID 1991; pag. 28.







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RECOMENDAMOS CONSULTAR BLOG ANEXO A ESTE:
http://sobrelostextosibericos.blogspot.com.es/









viernes, 20 de julio de 2012

CAPÍTULO XIII (b): Teoría sobre una gramática de los textos iberos.


Continuamos con el análisis y resumen del libro TEXTOS IBEROS -de Mario Gómez-Morán Cima-; en su capítulo XIII (segundo), donde trata sobre las reglas gramaticales que conforme a su teoría, posibilitarían traducir el idioma prerromano peninsular. Tal como hemos realizado en artículos previos, recogeremos las páginas del libro en imágenes, resumiendo a un lado -o a "pié de foto"- su contenido (en letra cursiva). Tras ello, en párrafos siguientes, expresaremos nuestras opiniones y diversas teorías -en ocasiones conformes con las de Mario Gómez-Morán y en muchas otras, divergerte-:

AL LADO:
Página primera del capítulo XIII (b): Como expusimos en algunas entradas anteriores, para Mario Gómez-Morán los textos iberos fueron escritos en un dialecto heleno, muy relacionado con los griegos arcaicos. Un idioma cercano al jonio; algo que hemos intentado razonar explicando claramente cómo las letras de los silabarios ibéricos son de origen Egeo. LLegándose a dar en nuestras tierras, incluso un alfabeto de tipo jonio, formado en Levante antes del siglo IV a.C., usado tan solo para escribir la lengua ibera. Considerando así este autor que la epigrafía prerromana de nuestras tierras fue redactada en un idioma cercano a los dóricos (comunes en el Egeo en tiempos muy antiguos). Consecuentemente, nos dice al comienzo de este capítulo que su gramática ha de ser sencilla; pudiendo considerarse una simpificación de las greco-arcaicas.
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Pasa luego a afirmar que una traducción sin gramática carecería de cualquier valor científico. Algo que parece evidente, ya que un idioma no son solo palabras; debido a que la gramática articula y dá un valor determinado a esos términos, que sin un órden regulado serían incomprensibles -tanto que una misma expresión con un simple cambio gramatical puede significar casi lo contrario (de ello que no sea lo mismo "ser malo" que "estar malo")-. Tras todo lo expuesto, para terminar su primer epígrafe expresa que el sentido de la escritura ibérica carece de reglas absolutas. Aunque normalmente en los idiomas del Noroeste y del Levante, suele redactarse de izquierda a derecha (como las lenguas indoeuropeas); mientras la epigrafía del Sur y Suroeste (alfasilabarios turdetano o tartessio) comunmente se lee de modo inverso -como si se tratase de un idioma semita-. Existiendo también escritos en "bustrófedon" (comenzando por un lado diferente en cada linea) y siendo muy comunes los casos en los que aparece una inscripción con sentido "extraño" o ajeno a la forma normal de su lectura -redacciónes que llegan a ser en espiral, círculos, espéculum y etc-.


AL LADO:
Página segunda de este capítulo en la que trata sobre la puntuación y signos al margen de las letras. En primer lugar hemos de destacar el hecho de que en los alfabetos iberos no haya mayúsculas, careciendo este idioma escrito también de otros signos ortográficos (ni siquiera acentos o los "espíritus", tan comunes como indispensables en el griego). Teniendo tan solo unas lineas de puntos que actuan como separadores, siendo estas similares a departidores con varios puntitos (:). Separadores que a su juicio actuarían como "puntuación" gramatical, cuya misión sería demarcar cada frase (no delimitar palabras, tal como comunmente se considera). Añadiendo que en ocasiones, no escribieron el ibero utilizando estas columnas con puntos, lo que aumenta su dificultad de comprensión.
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Termina su razonamiento explicando que los textos de Homero, también se escribieron en un principio de forma muy arcaica y con una manera similar, redactándolos "de seguido" y sin signos gramaticales. Posteriormente ratifica que el conjunto de signos que se encuentran entre separadores no pueden ser considerados palabras, siendo para él "frases". Es decir: Un conjunto de palabras unidas o aglutinadas, aunque entre ellas pueda haber crasis y abriviaturas. Lo que explica que muchos autores las denominen "entradas", habida cuenta de que lo que se halla delimitado por estas lineas de puntos son claramente varios vocablos muy diferentes. Finaliza la página marcando unas pautas para explicar las primeras normas gramaticales que para él contendría el idioma escrito ibero. Habiendo de tenerse muy en cuenta que aquella epigrafía -en su consideración- está redactada en al modo en que fonéticamente era pronunciado cada vocablo (tal como se hablaba). Es decir, que se escribía del mismo modo al que se conversaba y consecuentemente una frase como "todo para ti", puede estar recogida en una de esas "entradas" separadas por lineas con la forma en la que realmente se expresa al decirse coloquialmente: (:)To Pa Ti(:) -ejemplo en castellano de lo que pudo suceder hace casi tres mil años en nuestras tierras al recogerse un idioma extranjero-. Habiendo de entender el traductor de algún modo similar a este, cómo se hablaría el griego arcaico en la Península por aquel entonces. Un idioma que cree recogieron de manera "burda" o simplificada epigrafistas militares (fundamentalmente) entre los iberos; no sacerdotes ni hombres de cultura que se interesaran por redactar correctamente la lengua de Homero.


 


Comenzamos el comentario de las dos primeras hojas de este capítulo, empezando por las ideas que expone desde su principio: Nos habla Mario Gómez-Morán de que el idioma en que redactaron los textos iberos ha de ser un griego arcaico de tipo jonio o dórico. Tal como vimos en anteriores entradas, la gran mayoría de los signos alfabéticos y silábicos ibéricos son Egeos; mar donde en verdad se hablaron numerosos dialectos helenos de origen jonio. Consecuentemente, la teoría que nos presenta es la de que los textos iberos están escritos en caracteres nacidos de las islas griegas (o de sus inmediaciones), habiendo sido redactados además en un mismo idioma y gramática helenos. Algo que sin duda puede ser factible -aunque no lo compartimos- y sobre lo que desearíamos añadir que de estar redactados los textos iberos en un griego arcaico, en nuestra opinión quizás habría de considerar más bien que fuera un dialecto de tipo "arcadio".
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Concretamente sería el llamado arcado-chipriota, que se habló en Chipre hasta el siglo IV a.C.; lengua en la que se redactaron múltiples tablillas silábicas de aquella isla. Atreviéndonos a afirmar que la forma dórica o jonia a la que se refiere Mario Gómez-Morán, en mi opinión hubo de ser más bien una de Arcadia. Ello, porque este dialecto greco-arcado fue el que permaneció y se habló en Creta y aún más en Chipre. Islas que pudieron originar la escritura y lenguaje redactado de los iberos; tal como en diversos estudios hemos dejado sobradamente probado y demostrado (ver entradas anteriores). Comprendiéndose en nuestros mencionados trabajos, que la gran mayoría de los símbolos alfabéticos y silábicos iberos, son de origen creto-chipriota. Signarios prerromanos peninsulares que apenas contenienen algunas letras egeas ni griegas -propiamente dichas-; al margen del famoso alfabeto jonio, desarrollado posteriormente y de forma independiente a los verdaderos silabarios iberos (autóctonos).
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Por todo ello, la hipótesis de que los textos prerromanos de nuestras tierras hayan sido redactados en una lengua egea no puede desecharse. Algo que se sustenta en el hecho cierto de que sus signos epigráficos tengan este origen. Aunque, como hemos dicho anteriormente, en mi opinión personal el idioma en que se redactaron no fue el arcadio-chipriota (ni menos en un griego arcaico); sino en una lengua muy anterior y relacionada con las de Anatolia. Formas que importarían a nuestras costas -previamente al siglo VIII a.C.-, las gentes eteo-chipriotas y eteo-cretenses venidas desde aquellas lejanas tierras. Trayendo hasta nuestra Iberia el idioma que se hablaba y escribía en Creta y en Chipre previamente a la invasión doria -ocupación llegada a esas islas tras el siglo XII a.C., y que extendió la lengua inoeuropea que posteriormente derivó hacia la helena-.


AL LADO:
Sistro egipcio de época tardía (hacia el siglo VI a.C.), que representa la diosa Athor junto dos cobras coronadas -pertenece al Museo Egipcio de El Cairo, al cual agradecemos nos permita divulgar su imagen-. Esta conocida pieza estudiada por el experto en musicología antigua H. Hickmann, es un claro ejemplo de las influencias egipciantes en los objetos tartessios. Viéndose en ella una relación estrecha con los bronces de periodos coétaneos que se dan en la Península Ibérica, y a los que llamamos "orientalizantes". En la foto bajo estas lineas se explica algunas comparaciones y particularidades de estas representaciones de dioses de egipto, con otras muy semejantes que aparecen en el Sur de España (fechadas entre los siglos VIII al VI a.C.).
ABAJO: Bronce tartessio orientalizante, denominado de Carriazo, al haberlo adquirido y donado al Museo Arqueológico de Sevilla este profesor que fuera experto en Tartessos (civilización que para Juan de Mata Carriazo debiera escribirse con "Tartesos"). Agradecemos al Museo sevillano nos permita divulgar la imagen de esta diosa athorida, que representa claramente una señora entre animales (al igual que sucede con las esculturas de la misma divinidad egipcia). Si aumentamos la foto observaremos que incluso presenta entre sus atributos el peinado igual al de la deidad del Nilo, con las orejitas saliendo entre dos bucles (pelo denominado athoride y que simboliza la Luna o los cuernos de la vaca). Tanto como en su pecho podemos ver las famosas flores de loto típicamente egipcias, junto a adornos cuyo simbolismo se relaciona con los rituales de Athor y con la salida del Sol (tanto como con la circuncisión, que se representaba en aquella flor de rio abierta, emergiendo entre dos hojas). La pieza de bronce fue hecha en la Península Ibérica, lo que obliga a pensar en una estrechísima unión de cultos y simbología con el oriente mediterráneo. Tanta que como vemos, hubo deidades en Tartessos directamente unidas a las egipcias; aunque con unas características más típicamente del Sur de Guadalquivir que del Nilo (como resultan las dos ocas o patos que sujeta la diosa, totem típico de pueblos asentados en marismas o de gentes navegantes). Estas Athor fueron en ocasiones representadas junto a ánades; pese a que la figura tartessia evoca claramente las Marismas del Guadalquivir y la cultura del Suroeste peninsular a comienzos de la Edad del Hierro (un tanto ajeno al mundo egipcio). 




Por cuanto exponemos y dijimos con anterioridad, mi teoría personal es que las gentes micenias que se vieron obligadas a emigrar de Creta huyendo de los dorios. Primero fueron hacia Chipre -tal como demuestra el hecho de que allí permaneciera la cultura cretense "refugiada hasta el siglo IV a.C.-; pero más tarde vienen al Occidente remoto. Llegando seguramente desde sus islas tras el siglo IX a.C., para comerciar nuestros metales; aunque quizás hubieron también de venir para refugiarse tras la aparición del nuevo armamento. Subsistiendo de ese modo en paz en tierras tan lejanas como apartadas, para situarse fuera del alcance de los nuevos dueños del Mediterráneo: Los hombres de "El Hierro". Permaneciendo así aislados -y a refugio de los dorios- estos pueblos cretochipriotas que sabemos hablaban lenguas micenias -herederas en parte de las minóicas- que redactaban en un sistema silábico. Signos que evidentemente trajeron a nuestras tierras los cretenses o los de Chipre, puesto que no pudieron generarse aquí de manera espontánea y aislada (al ser una escritura tan similar la de aquellos y la ibera).
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Durante estos siglos de convulsiones históricas, en los que los dorios expanden su poder y acaban con el mundo micenio; los antiguos habitantes de las islas griegas hubieron de buscar un lugar donde establecerse. Haciéndolo fundamentalmente en Chipre o en las costas cercanas a Canaan, donde serían denominados "filisteos"; pueblo que conocemos por La Biblia y de costumbres muy distintas a los púnicos -aunque asociados o amigos de aquellos, quienes quizás les permiten ser vecinos y asentarse en Oriente Medio, con el fin de que acutaran como fronterizos con los israelitas-. De tal manera, para todo ello -la subsistencia de los huidos de Creta en Chipre o en tierras de Canaan-, sería indispensable la tutela y ayuda de Fenicia; civilización también del Hierro y por entonces emergente. Nacida de una amalgama de culturas semitas, "reunidas" junto a la milenaria Biblos y en contacto comercial con Egipto. Púnicos que de algún modo protegerian a los descendientes de los micenios y minóicos, seguramente a cambio de que aquellos les transmitieran los "secretos" de su mundo anterior (solicitando una absoluta colaboración de los refugiados en materia de navegación y tierras lejanas). Por lo que estos cretochipriotas principalmente aportarían a los fenicios sus conocimientos del mar y cuanto sabían sobre las rutas del metal. Siendo así como llegaría a hacerse Fenicia la dueña del Mediterráneo y del comercio, en estos siglos de comienzos del Hierro; tiempos en los que vendrían hasta nuestras tierras los nuevos colonizadores.
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Colonos a quienes tenemos perfectamente localizados y estudiados cuando proceden de Fenicia; pero entre los que también aparecen gentes "descononidas" a las que llamamos simplemente "orientalizantes". Pueblos de origen o tadición micenia, venidos fundamentalmente a través de Chipre, huyendo de la expansión del Hierro. Culturas "orientalizantes" que desde el siglo XI a.C. trajeron a nuestra Península -entre muchas otras cosas- el sistema de escritura y seguramente su idioma. Navegantes y comerciantes obligados a huir de sus islas durante las invasiones dorias y la expansión de los pueblos del Hierro; quienes, como hemos dicho, se asociarían en gran parte con los fenicios (buscando protección en la Chipre "tutelada" por los púnicos). Viniéndo de ese modo muchos de ellos a vivir a nuestras costas del Sur, dando así comienzo al denominado Periodo Orientalizante ibérico.
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Gentes desde las que se forjaría de forma cierta lo que se conoce como Tartessos. Civilización del Suroeste peninsular que no es más que el reflejo de los sucesos que desde el siglo XI al VI a.C. ocurren en el Oriente del Mediterráneo. Siendo estos hechos como ya sabemos, la aparición de los dorios en el Egeo por efecto del nuevo metal y de las armas más eficientes; frente a la eclosión y el dominio comercial en los mares por parte de los fenicios (asentados en las costas de la actual Siria y Jordania). Dorios que tras el siglo VI a.C. se "convierten" en lo que conocemos como griegos. Y fenicios que desde el siglo X a.C. advierten un progreso desorbitado, haciéndose los dueños del mar en el Mediterráneo. Ello, hasta que fueran repetidamente invadidos por los asirios (desde los siglos VII al VI a.C.), debiendo huir finalmente en masa hacia su "colonia" Cartago -que pasaría a heredar el potencial marino de Fenicia, gobernado las rutas y tierras lejanas del metal (como lo eran las de la Península Ibérica)-.

JUNTO Y BAJO ESTAS LINEAS: Abajo,
uno de los famosos pectorales del Tesoro de El Carambolo (periodo orientalizante, cir. siglo VII a.C.), tal como actualmente expone en reprocucción el Museo Arqueológico del Sevilla -al que agradecemos nos permita divulgar su imágen-. Al lado: Dos lingotes de cobre en forma de hacha doble (o piel de buey) procedentes de Creta central y Este, fechados entre el 1650 y el 1450 a.C. (propiedad del Museo de Herakleion al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). En nuestro blog denominado LO INVISIBLE EN EL ARTE, venimos mostrando y demostrando que gran parte de la cultura ibérica (concretamente la del Sur Peninsular) procede de Creta y de Chipre. De un igual modo, los alfabetos usados por los iberos tienen el mismo origen egeo (concretamente, cretochipriotas). Todo ello hace pensar que el idioma que escribieron estos iberos en aquellos signarios procedentes de esas islas, fuera una lengua hablada en Creta y en Chipre. Bien un eteo cretense -o eteochipriota- de origen protoindoeuropeo. O de lo contrario, un griego muy arcaico como el que se habló hasta el siglo IV a.C. en Chipre (de rama arcadia). Para más información sobre estos paralelismos entre la cultura ibérica y las del Egeo ver el mencionado blog: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/



Pero regresemos al libro "Textos iberos" que comentábamos, donde Mario Gómez-Morán nos dice que la gramática de este idioma escrito ha de ser sumamente sencilla, pese a que se acercáría a las de los dialectos más arcaicos jonios y dorios. A ello añadiríamos que evidentemente el idioma ibero parece que debe tener una gramática muy elemental; un hecho manifiesto en su simplicidad de signos. Ello porque ya dijimos cómo está redactado en un silabario que excluye varios sonidos. De tal modo, hemos de recordar que la "B" y la "P" son un mismo signo indistintamente; tanto como la "D", "T" y "Z" se engloban en unos caracteres iguales, y de una misma forma se escriben los fonemas "K", "J", "G". A todo lo que se suma que solo tenga cinco vocales y siete consonantes más (L, M, N, R, RR, S, SH); lo que compone un idioma escrito con un máximo de quince "letras". Algo que incluso se reduce en algunas opiniones, ya que hay autores que niegan la existencia de la "M", de la "RR" y de la "SH" como verdaderas letras (considerándolas signos especiales o rituales). Todo lo que obliga a pensar que si su signario es tan precario, la gramática ibérica ha de ser muy sencilla, puesto que de lo contrario nada se entendería.
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Puesto que como venimos estudiando el idioma de los iberos podía escribir cinco vocales y diez sonidos oclusivos; siendo aquello un conjunto fonético muy corto en recursos y posibilidades. Más aún en esta época y ante lenguas como la griega; que distinguían infinidad de vocales, componiendo unas y otras con diptongos, conteniendo además casi una veintena de consonantes. Por lo que frente a abecedarios de más de veinticinco letras, como fueron comunes por aquel entonces; los alfasilabarios peninsulares eran muy reducidos. Tanto que el usado para escribir la lengua peninsular de origen griego y que se dio en Levante (el llamado greco-ibérico), pierde dos vocales al llegar a nuestras tierras; quedando reducido en once oclusivas, de las cuales dos son repetidas (la "sh" y la "rr", de las que se duda fueran verdaderas letras). Todo lo que obliga a pensar que se trata de una lengua esquematizada o simplificada.
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Así, ante estos alfasilabarios o alfabetos tan precarios y cuando nos cuestionamos a qué se debió esta falta de sonidos y signos, nos viene a la mente una principal respuesta. Creyendo que este hecho -en nuestra opinión-, surge por ser el que llamamos "ibero" en realidad un idioma extranjero; importado y hasta quizás no hablado (nos referimos a que no fuera el comunmente extendido entre los habitantes de entonces). Una lengua impuesta o traida por colonizadores y que posiblemente cumpliría unas funciones similares a las que tuvo el latín tras la pérdida de su uso común. Utilizada supuestamente para poder entenderse los distintos iberos entre sí, entre aquellos y los extranjeros; o bien tan solo para ser escrita y usada como medio de poder acordar determinados temas (con los colonos o entre las tribus peninsulares -que posiblemente hablaban muy diferentes lenguas-). Explicando ello el por qué nos enfrentamos a unos escritos que apenas tienen una fonética plausible; tanto que el sonido "B" y "P" es el mismo; al igual que todas las dentales se escriben de un solo modo ("T", "D", "Z", "TH") o las guturales son un igual signo (sin distinguie que sean "G", "K", "J").
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Este hecho nos enseña como el ibero es un "idioma" creado y adoptado en la Península (no desarrollado de un "modo natural"); lo que pudiera parecernos un tema pequeño, aunque en realidad es una clave que debe hacernos entender el tipo de escritura que hemos de traducir. Unos textos que en mi opinión no pertenecen a un verdadero idoma estructurado y redactado lingüisticamente, sino a una "aproximación" a una lengua. Entendiendo lo que es una "aproximación" como aquello que se puede o se sabe escribir -de cuanto se oye o se habla-. Algo que los músicos conocemos sobradamente, puesto que hasta la creación y perfeccionamiento del solfeo (en los siglos XVIII y XIX), las formas de escritura musicales eran muy imperfectas. Ello no significaba que no se supiera tocar o componer obras complejas, sino simplemente que no se podían escribir. Lo que obligaba a mantener una música recogida en papel muy simple y expresada en "pneumas" que servían casi como acentos musicales, sin poder escriturar ritmo ni medidas completas. Todo ello hizo que la música considerada "culta" o "admitida" por el clero (redactada y para ser leida), fuera tan sencilla como antigua. Conservánsose así tan solo melodías o modos judíos y bizantinos, datados en el II y I milenio a.C.; algo que no pudo superarse hasta la aparición de la escritura gótica con un tipo nuevo solfeo.



AL LADO:
Una de las deidades más curiosas y estudiadas de la Antigüedad es este dios del lingote, hallado en la ciudad chipriota de Enkomi y que actualmente se exhibe en el museo de Nicosia. Una reproducción de él se halla en el Museo Arqueológico de Sevilla (que traemos a imagen, agradeciendo nos permitan divulrgarla); habida cuenta que muchos investigadores han estudiado su significado, relacionándolo con el de los pectorales de El Carambolo. Entre ellos así lo hizo, la profesora Marín Ceballos (de la universidad de Sevilla); quien ha analizado el posible sentido de esta deidad. Llegando a la conclusión de que se trata de un dios del metal y de la fragua (un tipo de Vulcanos muy primitivo) fechándolo con anterioridad al 1200 a.C. -incluso llegando a creer que pueda ser del siglo XVII a.C.-. Un "Schmid God" o "divinidad de herreros" que se eleva sobre un lingote del tipo piel de buey. Talento cretense o ponderal egeo, en el que se fundían los bloques de cobre entre las culturas cretochipriotas y que son iguales en su forma a la de los pectorales del Tesoro de El Carambolo. Todo lo que hace suponer una vez más que la cultura tartessia (a través de la que se introdujo la escritura en la Península) es de origen Egeo y más concretamente, muy cercana a la de Chipre.
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ABAJO: De nuevo traemos uno de los múltiples cuadros esquemáticos en los que hemos recogido varios signos comparados: Ibéricos, chipriotas, cretenses y anatolios (hititas y luwitas). Veremos en el presente esquema que el alfasilabario peninsular procede claramente de los cretochipriotas o egeos; algo que nos obliga a pensar que quizás el idioma en que fueron redactados tuviese un mismo origen. Una lengua que en opinión de Mario Gómez-Morán es un griego arcaico; aunque en la mia se trata de un eteocretense o un eteochipriota, próximo al hitita o al luwio (protoindoeuropeo y cercano a los idiomas micénicos, relacionado a su vez con el vascuence).




Estos ejemplos que hemos puesto anteriormente con la música creemos que son suficientemente expresivos para entender lo que es poder transportar a la escritura los sonidos. Trantandose en el caso que tratamos de los sonidos de un idioma trasliterados a letras o sílabas; signos que cuando hablamos del ibero están recogidos apenas con diez consonantes y cinco vocales. Lo que creemos confundió muchos fonemas que evidentemente hubo de tener el habla de los habitantes peninsulares. Puesto que al escribir "JA" igual que "KA", debió ser muy difícil no errar y mezclar palabras. Un modo de comunicarse que quizás no diferencuase bien la "TH" con la "T"; pero que no podemos entender como no llegaba a distinguir la "J" de la "G" ni de la "K"; o la "T" de la "Z" y de la "D"; ni la "P" de la "B". Todo lo que demuestra -tal como pensamos- que este alfabeto o alfasilabario usado por los que vivían en nuestras tierras, antes de la llegada de los romanos; es un rústico y limitado medio de recoger una parte de un idioma. Lengua que debió ser mucho más rica en sonidos, pero que no se pudo trascribir de un mejor modo.

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Parte o fragmento de un habla, que se habría preparado para redactar determinados documentos o escritos (con carácter religioso, conmemorativo o legislativo). Usando los iberos este reducido alfabeto (o silábico) para pactar, destacar hechos y fechas, o para recoger nombres de personas, junto a pequeños acontecimientos que refieren su inscripción. Siendo todo ello una gramática muy cercana a la que pueda contener cualquier lenguaje lapidario, o idioma referido a acuerdos y pactos. Una forma de hablar que principalmente contendría nombres, topónimos, fechas y menciones a acontecimientos; prescindiendo normalmente de grandes flexiones gramaticales y de dificultades lingüisticas. Siendo así el idioma escrito de los iberos un simple medio de recordar batallas, pactos, héroes, jefes, familiares fallecidos y dioses. No pudiendo ir mucho más allá de recoger una frase en la que haya conjugaciones muy simples; formas que indiquen una persona, un hecho o un acuerdo que haya de insacribirse (por motivos religiosos, tribales o sociales). Siendo ella la razón por la cual pienso -personalmente- que la gramática de los textos iberos ha de ser más que sencilla: Simple.

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Pero volviendo al libro que comentamos de Mario Gómez-Morán, observamos que este autor cree que las palabras son aglutinadas de un modo bien conjugado. Aglutinación de vocablos que se recogerían entre estos bloques separados por lineas verticales y a modo de columnas (::), siendo cada bloque una frase. Algo que no compartimos, pero que en su caso es el origen de la teoría para su método de traducción; viendo en cada "entrada" o "grupo" separado de signos, una verdadera frase -con un mensaje bien estructurado-. Es decir, que para expresar: "PACTAMOS ENTRE LOS IACETANOS"; unirían de manera conjugada las voces de esa frase, poniéndola dentro de esos signos separadores y escribiendo algo como: ::ENTREIACETANOSPACTO:: . Algo que obliga a quien desdeara traducir de este modo el ibero, a disgregar y diseminar cada palabra; separando primero una por una las voces entre aquellas que intuimos; para luego hallar el probable significado. Todo lo que supone más un laberinto de letras inacabable, que un verdadero método que no deje la teoría en hipótesis; habida cuenta de que simplemente la frase tan sencilla recogida en nuestro idioma arriba puede leerse de múltiples formas ("en treia ceta nospac to"; "entreia ceta nos pacto"; "entre iace ta nospacto"; etc, por ejemplo) .

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Por lo demás, afirma al final de su segunda hoja, que aquellos simplificados alfasilabarios carecen de cualquier regla ortográfica. Algo que procede entre otros motivos de esa sencillez de sonidos. Pero a su vez le suma la complicada fórmula de creer que sus vocablos se escribieron tal como se pronunciaban las palabras (sin haberse definido todavía una estructura ortográfica que separase los sonidos de la epigrafía y la diferenciada del idioma hablado -como sucedía en el griego-). Llegando en su opinión a crear crasis con los metaplasmos; lo que se traduciría como la falta o unión de una misma vocal, a final y principio de palabra. Es decir, que para escibir: "Elena aquí investiga alemán"; recogerían de un modo aglutinado y seguido el siguiente bloque: "Elenaquinvestigalemán". Todo lo cual produce un idioma inscrito en el que en unos pocos signos han de contenerse y traducirse varias voces; habida cuenta de que unen las palabras, redactando el idioma tal como suena (lengua que como sabemos, considera es un griego arcaico de tipo jonio).

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Basándose en estas reglas, nos dará unas fórmulas gramaticales para traducir el ibero, que en la siguiente entrada trataremos. Pese a que tal como decimos, en mi personal opinión, la lengua en que escribieron los habitantes peninsulares prerromanos no era una nacida del griego; sinó una precursora del idioma heleno. Ello por creer yo que el idioma allí redactado es un eteo-micénico o eteo-chipriota, más cercano al hitita que al dialecto dorio (o al arcadio). Lengua que pudo estar muy emparentada con la que se hablaría (o se "hablarían") en la Península antes de la llegada de los romanos y que se reduciría o se simplificaría para ser escrita.

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RECOMENDAMOS CONSULTAR BLOG ANEXO A ESTE: http://sobrelostextosibericos.blogspot.com.es/