jueves, 11 de mayo de 2017

LEYES FONÉTICAS PARA UNA MEJOR LECTURA DE LOS EPIGRAMAS IBÉRICOS.

Los capítulos se desarrollan en un texto escrito en negro y se acompañan de imágenes (con un comentario explicativo en rojo). Podrán leerse completos; pero si desea hacerlo entre líneas, bastará con seguir la negrilla o las letras rojas destacadas.
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo los alfasilábicos ibéricos, dibujados en un esquema mío, con el fin de recordar sus caracteres y su fonética (observando que no contienen determinados sonidos). Como podemos recordar, son en una parte parte silábicos y en otra alfabéticos. Conteniendo muy limitada acústica en los rasgos silábicos, donde simplifica enormemente la fonética (aunando en un solo carácter varios sonidos). La existencia de un signo para escribir indistintamente las labiales “P” y “B”; otro para las dentales “T”, “D” y “Z” y también uno solo para las palatales “C” (k), “G” y “J”. Obliga tomar varias hipótesis, cuando encontremos uno de estos caracteres de múltiple valor (pensando si es una u otra letra, equivalente). Hasta aquí la teoría de correspondencia en lectura ibérica es sobradamente conocida; aunque no lo es la siguiente fórmula y que a continuación presento:
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Pues otro problema que presentan estos sistemas silábicos -como el ibérico-, es la imposibilidad de unir determinadas letras; refiriéndome concretamente a dos consonantes concatenadas (“br”, “nd”, “cr” etc). Este es un hecho que pude experimentar en Japón, donde la fórmula de escritura es también alfa-silábica, lo que conlleva que no se pueda decir exactamente (ni describirse) voces como: MADRID. Debiendo anotarse como “MA-Do-Ri-Do”; tal como veremos pronunciar a los nippones. Esta característica observada en Japón me hizo pensar que términos y ciudades ibéricas donde se contiene la reticencia de un mismo sonido en silábico (repetido), quizás haya de leerse de manera simplificada; considerando si aquella duplicación no significará “consonante+consonante” (tal como los japoneses hacen, cuando escriben Ma-di-ri-do para intentar pronunciar finalmente “Madrid”). Por lo que partiendo desde esta hipótesis, hemos de considerar que cuando escriben SEGOBIRIKA ha de leerse Segobriga; tal como BILBILIS, posibemente sea originalmente Biblis (tan cercana a Biblos) y KOLOINUKUN hubo de leerse Klonicun (tan cercano a la Clunia romana).
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ESTE CAPÍTULO ES AJENO A LOS ESCRITOS QUE DEJÓ MARIO GÓMEZ-MORÁN CIMA, TRATÁNDOSE DE APORTACIONES Y ESTUDIOS POSTERIORES REALIZADOS POR MÍ (su hijo: Angel Gómez-Morán Santafé)
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A) INTRODUCCIÓN: AMPLIACIÓN A LAS REGLAS COMUNES DE LECTURA DE LOS SISTEMAS IBÉRICOS (fonéticas y silábicas):
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Para una lectura más adecuada de los epigramas prerromanos peninsulares, a mi entender no solo habremos de aplicar las normas fonéticas conocidas y establecidas por Gómez-Moreno (admitidas por todos). Refiriéndome a las limitaciones del sistema ibérico que finalmente este ilustre profesor definió, a través de la comparación de nomenclatura de ciudades ibero-romanas. Descubriendo al estudiar las formas latinas de urbes y cecas nuestras tierras transcritas en forma ibera; que los habitantes autóctonos carecían de determinadas letras (además de que sus signos eran alfasilábicos).
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De tal manera, el método de Gómez-Moreno para deducir y reducir las equivalencias se explica de un modo simple con los siguientes ejemplos:
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a)- Si observamos que los iberos transcribían como SEGOTIA LAKAS a Langa de Duero; el hecho de que S-E-GO-TI-A y la ciudad de A-R-E-KO-R-A-TA-S (Ágreda) contuvieran el mismo signo silábico “KO”. Implicaba que los sonidos “K”, “G” en la escritura ibera eran equivalentes.
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b)- Consecuentemente, como “KO” era igual a “GO”; pudo determinar que los caracteres silábicos con los que escribían “KA”,”KE”, “KI”, “KO”, “KU” hubieran de leerse indistintamente “GA”, “GuE”, “GuI”, “GO”, “GU” y hasta “JA”, “GE”, “GI”, “JO”, “JU”.
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c)- Asimismo, el hecho de que en S-E-GO-TI-A apareciera un signo “TI” igual al de “DI-PO”; la ciudad de Dipo Romana (junto al Guadalquivir) hacía evidente que la “T” era indistintamente “D”.
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d)- Por lo que la otra serie de signos silábicos “TA”, “TE, “TI”, “TO”, “TU”; habrían de interpretarse en cada caso también como: “DA”, “DE”, “DI”, “DO”, “DU”.
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e)- Finalmente, la al observarse que la “P” de Dipo era el mismo signo que la “B” de BO-L-S-KA-N (Bolskan=Huesca), se llegaba a la conclusión de que sucedía lo mismo con la serie de signos silábicos “PA”, “PE”, “PI”, “PO” ,PU”; que también habrían de considerarse “BA”, “BE”, “BI”, “BO”, “BU”.
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f)- De ello el sonido “BO=PO” que se usaban para BO-L-S-KA-N, era también utilizado en S-E-I-S-A-PO (Sisapo, Almadén); tal como escribían S-E-GO-N-TI-A , DI-PO y BO-R-N-E-S-KO-M con esos signos “KO=GO”, “DI=TI” “KO=GO”.
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Hasta aquí la genialidad de D.Manuel Gómez-Moreno, quien impulsó hace cien años los estudios sobre iberismo de un modo que hasta hoy jamás se ha superado. Pese a ello, a mi parecer, existen otras incógnitas aun sin resolver en la lectura de los epigramas iberos y que ya no conciernen a las limitaciones fonéticas de su sistema de escritura, sino las ortográficas. Unos hechos que a continuación explico de modo pormenorizado y que parten desde la lógica de quienes hemos utilizado un silabario (como sucede en el japonés). Pues en un idioma que precisa recoger sonidos por sílabas, impide las dobles consonantes.
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Es decir que si escribimos “TA”, “TI”, “TU”, “TE”, “TO” (como hace la Hiragana japonesa) y por otro lado “RA”, “RI”, “RU”, “RE”, “RO”; nos será imposible transcribir unido: “TRA”, “TRI”, “TRU”, “TRE”, “TRO”. Por cuanto los japoneses resuelven ese sonido “TR”, poniendo: “TARA”, “TIRI”, “TURU”, “TERE”, “TORO”. Ello mismo es lo que personalmente he observado también en algunos casos de Iberia antigua; siendo el más destacado el de Segóbriga, cuya forma en ibero es S-E-GO-BI-RI-GA. Sabiendo que su forma romana es la ya dicha (Segóbriga y no Segobiriga); a la vez, observando otras ciudades de similar grafía como S-E-GO-N-TI-A (Sigüenza) y S-E-GO-U-IA (Segovia) -así escritas-. Entre los iberos se deducen iguales casos e hipótesis que surgen con el uso de la Hiragana japonesa, donde se suplen sonidos o se deben suponer dos consonantes seguidas reiterando sílabas.
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SOBRE ESTAS LINEAS: De nuevo, en un esquema mío, los signos iberos que se corresponden con sonidos de letras sueltas. Observemos que tan solo comprende las cinco las vocales; junto a dos “R” (que podemos interpretar por “r” y “rr”), dos “S” (quizás “s” y “x”); además de la “L”, “M”, y “N”. Ello significa la existencia tan solo de doce “letras”; pues el resto de caracteres ya son silábicos (aunque en este caso, muy limitados en sonidos).
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BAJO ESTAS LINEAS: Moneda de Segóbriga, inscrita en forma ibera como “Sh-e-ko-bi-ri-ke-s”. La reiteración “BI_RI” es lo que nos llevaría a pensar, se trata de una fórmula ortográfica que obligaría la anulación de una “i”, debiéndose leerse “Segrobrikes” -estos hechos suceden de forma semejante en otros silabarios (como el japonés)-.
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B) NORMAS PARA UNA MEJOR LECTURA DE LOS EPIGRAMAS IBEROS:
1)Concordancia de sonidos por falta de consonantes (equivalencias fonéticas):
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Tal como se ha expresado reiteradamente, debemos partir primero del hecho antes referido y sobradamente conocido, sobre la limitación de letras en los alfasilábicos iberos. Al estar escritos sus epigramas en un sistema que excluye o aglutina, varias consonantes. Ello da lugar a que -como todos sabemos- las labiales, dentales y palatales siguientes sean equivalentes; por lo que se habrán de proponerse varias lecturas en cada caso y cada vez que encontremos:
B = P
D = T = Z = (“ce” y “ci”)
C = K = J = G (“ge” y “gi”)
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Como sabemos, ello provoca que -por ejemplo- la ceca ABARILDUR deba ser igualmente considerada como APARILDUR, APARILTUR, ABARILZUR (etc). Lo que constituye una regla de equivalencia absoluta, aplicable para todo escrito ibérico, Aunque se dan otros casos en que debiéramos considerar excepciones; como es el de la ciudad escrita AKI. Que entre los romanos se dijo Acinipo; por lo que es posible que debiéramos corregir la hipótesis de igual fonética e incluirla entre las dentales “CI” leyéndola desde el ibero como AZINIPO -lo cual la acercará el nombre de esta ciudad a las formas ADINIPO Y ATINIPO-. Pese a todo, no podemos teorizar más allá, y aquellas excepciones tan solo habremos de considerarlas una a una, en base a su posterior escritura en caracteres latinos. Por cuanto expreso, tan solo debemos unificar los sonidos de aquellas letras aglutinadas en los alfasilábicos iberos (antes recogidas), debiendo incluirlos en sus distintas formas (leídas en sus diferentes hipótesis). Describiéndolos en el nomenclator con la primera consonante que representan, pero también explicando que deben comprenderse de otro modo. Por todo ello, en nuestro diccionario de topónimos ibéricos, el orden a seguir será presentar todas las hipótesis. Incluyendo por ejemplo primero como una “B” el sonido labial; pero luego leyendo la misma palabra con “P”. Igualmente la “D” contendrá voces que también puedan ser luego vistas con “T” y “Z”. Tal como la “C” y la “K” serán letras que recogerán toda la nomenclatura de topónimos que a su vez puedan escribirse con “C”, “G” y “J”.
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ARRIBA: Fotografía de la famosa estela de Trébago (Soria) donde podemos comprender fácilmente el problema que expreso. Pues en ella se observa en su parte alta escrito N-A-TI-KU. Aunque igualmente pudiera ser N-A-DI-KU, N-A-TI-GU, N-A-DI-JU, N-A-DI-GU y N-A-TI-JU. Aunque tan solo podemos estar seguros de la transcripción cuando contienen signos no silábicos; como sucede con la “N” y la “A” (primeras) o con o escrito abajo, donde pone “Rri”
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BAJO ESTAS LINEAS: Moneda (as de bronce) de Kolounikun. A continuación exponemos mi teoría sobre la lectura de voces ibéricas en donde haya quizá una aliteración (al no poder escribirse dos consonantes seguidas, a través de un silabario). Es decir, utilizando el alfasilábico ibero, tan solo nos permitiría anotar KOLOUNIKUM; aunque parece lógico que debemos leer simplemente Klounikum (tal como sucedería en otros tantos casos, como por ejemplo al encontrar SEGOBIRICES, habiendo de interpretarse Segobrices).
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2) POSIBLES ALITERACIÓNES POR DUPLICACIÓN. RETICENCIA DE SÍLABAS PUDIENDO EXPRESAR SIMPLEMENTE DOS CONSONANTES SEGUIDAS:
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Como sobradamente conocemos, que la escritura ibérica carezca de ciertas consonantes, obliga a considerar diferentes lecturas ante una misma palabra. Pero además, que estas se recojan con caracteres silábicos, provoca otra circunstancia que no se ha expresado entre los iberistas y que vamos a incluirla como hipótesis de interpretación. Me refiero a la aliteración de sonidos, para poder incluir dos consonantes seguidas, antes de una vocal. Es decir, que para escribir “SEGOBRIGA” con sus signos, deban poner S-E-KO-BI-R-I-KA = SEGOBIRIGA. Esta circunstancia sucede con cuantos topónimos iberos terminen en “BRIGA”; un sufijo que como sabemos es muy numeroso en la Península, al tratarse de un radical indoeuropeo que significa “urbe” -más exactamente “burgo” y “burg”-. De tal manera, hemos de partir de la base que para leer ARCÓBRIGA, habremos de ver escrito en signos iberos A-R-KO-BI-R-I-KA = ARCOBIRIGA.
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Lo expresado en el párrafo anterior sucede ante signos silábicos iberos, cuando desean representar dos consonantes seguidas, como la “BR” o bien “PR” (al ser “B” = “P”). Por lo que para recoger un sonido semejante a “PRO” (BRO), habrían de escribirlo “PO-R-O” (BO-RO). Consecuentemente y poniendo un ejemplo actual, la ciudad de MADRID tan solo la podrían anotar los iberos como “M-A-TI-R-I-TO”. Esta circunstancia dijimos que igualmente sucede en Japón, donde también se usa un sistema silábico; utilizando unos caracteres para palabras extranjeras (llamados “Katakana”) cuyo resultado es que los nippones no pueden expresar dos consonantes seguidas. De tal manera, “Madrid” deben anotarlo como MADORIDO (con un sonido muy cercano a “Matirito”). Así pues y habiendo observado en Japón las limitaciones de un sistema de escritura silábico, planteamos esta hipótesis iberista; por la que hemos que partir de una base y carencias fonéticas semejantes. Debiendo considerarse cuando una letra se repite de modo reticente, que quizás se trata de una simple limitación de su alfabeto silábico y que al no poder expresar algunos sonidos concatenados, unen de ese modo dos consonantes. De ello, el nombre de ciudades como la antigua Calatayud, BILBILIS; quizás hemos de leerlo BIBLIS. Una voz que unirá el nombre de esta urbe zaragozana al término BIBLOS (tan fenicio como egipcio-cananeo).
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De tal manera, las opciones de trabajo para este nomenclator y para todas nuestras traducciones serán tras considerar:
B = P
D = T = Z = (“ce” y “ci”)
= C = J = G (“ge” y “gi”)
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a) CONSONANTE + R:
Por cuanto hemos dicho:
BARA, BERE, BIRI, BORO, BURU = PARA, PERE, PIRI, PORO, PURU
podrá de leerse igualmente:
BRA , BRE , BRI, BRO , BRU = PRA , PRE , PRI , PRO , PRU
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Tanto como:
DARA, DERE, DIRI, DORO, DURU = TARA, TERE, TIRI, TORO, TURU
equivalen quizás a:
DRA , DRE , DRI , DRO , DRU = TRA , TRE , TRI , TRO , TRU
(igualmente ZARA, ZERE, ZIRI, ZORO, ZURU = ZRA , ZRE , ZRI , ZRO , ZRU )
Finalmente diremos que del mismo modo:
KARA, KERE, KIRI, KORO, KURU = JARA, JERE, JIRI, JORO, JURU
son posiblemente:
KRA , KRE , KRI , KRO , KRU = JRA , JRE , JRI , JRO , JRU
(igualmente GARA, GUERE, GUIRI, GORO, GURU = GRA , GRE, GRI, GRO, GRU )
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b) CONSONANTE + L:
La situación con la “L” será igual, tal como hemos dicho en el caso de “Bílbilis” que creo debiera leerse BIBLIS. Por lo que:
BALA, BELE, BILI, BOLO, BULU = PALA, PELE, PILI, POLO, PULU
BLA , BLE , BLI, BLO , BLU = PLA , PLE , PLI , PLO , PLU
Tanto como:
DALA, DELE, DILI, DOLO, DULU = TALA, TELE, TILI, TOLO, TULU
DLA , DLE , DLI , DLO , DLU = TLA , TLE , TLI , TLO , TLU
(igualmente ZALA, ZELE, ZILI, ZOLO, ZULU = ZLA , ZLE, ZLI, ZLO, ZLU
Finalmente diremos que del mismo modo:
KALA, KELE, KILI, KOLO, KULU = JALA, JELE, JILI, JOLO, JULU
KLA , KLE , KLI , KLO , KLU = JLA , JLE , JLI , JLO , JLU
(igualmente GALA, GUELE, GUILI, GOLO, GULU = GLA , GLE, GLI, GLO, LU
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo dos casos en los que podemos ver cuanto expongo sobre inscripciones en las monedas ibéricas. Arriba el ejemplo antes citado de BI-L-BI-LIS (Calatayud) que quizás hubiera de leerse Biblis, habida cuenta su reiteración de un silábico y al ser imposible escribir “BL”. Abajo tenemos el caso contrario en una moneda de de I-L-BI-R-I-R (la antigua Elvira); pues pese a su reiteración no contempla esta posibilidad. Ya que a mi juicio para leerse ILBRIR hubiera tenido que poner I-L-BI-BI-R-I-R; momento en el cual esta repetición de un silábico daría paso a una pronunciación semejante a “ILBRIR”.
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3) APLICACIÓN DE MI TEORÍA SOBRE RETICENCIAS EN SILÁBICOS:
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La hipótesis antes presentada, acerca de las limitaciones de escritura y de fonética de los iberos, parte desde mis vivencias en Japón. De tal modo, en este país del Sol Naciente, tendremos los mismos problemas para expresar y pronunciar ciertas voces, partiendo desde sus métodos de escritura. Siendo el caso de la Hiragana y Katakana japonesa, un ejemplo que mucho nos puede enseñar acerca de los alfasilábicos peninsulares, hace más de dos mil años. Primero, porque los japoneses tampoco distinguen una serie de sonidos mediterráneos; siendo para ellos igual la “S” que la “Z”; la “J” y la “F”; o la “L” y la “R”. En segundo lugar, por la imposibilidad de escribir dos consonantes seguidas con su sistema.
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De tal manera nos podremos encontrar en Japón que se puede pronunciar “LOMA” como capital de Italia (indistintamente a Roma) a la vez que es común oir “RONuDON” (indicando la de Reino Unido). Un asunto que al llegar a la geografía hispana se expresa más claramente, al observar como nos dirán y escribirán los japoneses “SARAMANCA” y “BARUSERONA” (entendiendo ellos que son Salamanca y Barcelona). De un mismo modo “BAYADOLITO” será Valladolid y “MADORITO”, Madrid. A la vez que veremos a muchos decir “GARANATA” por Granada y a casi todos pronunciar “CASERES” en vez de Cáceres. Por su parte, estos idiomas que parten de escrituras silábicas, entienden las tónicas de un modo distinto, llegando a contener palabras con doble acento. Tal como sucede con Tokio; que no se debe pronunciar Tokió, ni Tókio (menos aún Tokío), sino más exactamente Tókió -con acento en ambas “O”-. Un hecho que parte del concepto de sílabas como parte única y no como un conjunto de letras agrupadas; todo lo que les lleva a reiterar dos tónicas en una misma voz. Una circunstancia que quizás también sucediera entre los iberos y que para los japoneses supone comprender las palabras con un acento y expresión muy diferente al nuestro. Algo que entenderemos al darnos cuenta como dicen “Gór-Fú” en vez de “Golf” (refiriendo el deporte) y hasta “KÓHÍ” (cójí) al expresar la bebida por nosotros llamada café, desde el inglés “coffe”.
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De un mismo modo, cuando observamos una reticencia de sílabas, hemos de entender que los nippones expresan dos consonantes seguidas. Algo que comprenderemos al oir “MADORITO” por Madrid, pero también al escucharles decir “DONALDO TURAMPU” cuando pronuncian el nombre del actual presidente americano (Donald Trump). Ello porque no pueden pronunciar ni una consonante final sola, ni tampoco dos continuas; lo que provoca que TRUMP se convierta en TURAMPU. Unos párrafos más abajo recojo de nuevo los alfasilábicos japoneses (Hiragana y Katakana) que de algún modo se parecen al sistema de escritura ibérico, pues contienen las vocales separadas y el resto con caracteres por sílabas. Debido a ello, MADRID en verdad se pronuncia y escribe Ma-do-rii-do (マドリード); BARCELONA Ba-ru-se-ro-na (バルセロナ) y GRANADA Ga-ra-na-da (グラナダ).
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: De nuevo dos ejemplos más, sobre monedas. Arriba, ceca de Calahorra escrita como KA-L-A-KO-Rr-I-KO-SH. Siguiendo la hipótesis anterior, habríamos de pensar que Kalakorrikosh puede considerarse igualmente Klagorrish, una fonética que nos lleva hasta un termino muy cercano a Gracorris o Gracurris; ciudad sita no muy lejos de Calahorra, cuya forma ibérica era KARAKURRIS. Aunque esta Gracurris romana en el Ebro, estuvo al Este de Calahorra (junto a la actual Alfaro, en la Rioja) y se alzaba sobre la antigua villa ibera de Ilurcis (ILURKIS). Abajo, moneda de Kaiskata (Cascante) cuya grafía no presenta doble lectura, pese a contener una aparente reticencia de la sílaba “Ka”.
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Las hipótesis antes expuestas, nos llevarían a concluir que las siguientes ciudades o cecas también pueden de leerse de otros modos:
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ABDERA, por Abtra.
AREKORATAS por Arekrotas.
ARKETURKI por Arkturki
UESKERKEN por Ueskreen
BILBILIS por Biblis
BIRIKANTIN por Bricantin
BURUTOBIRIGA por Brutóbriga
CALAGURRI por Clagurri
COLOUNICA por Clunica
EKUALAKOSH por Ecluacosh
KILI por Kli
KARAKURRIS por KARAKURRIS Gracurris
IKALESKEN por Iklesken
ILIBERIR por Ilberi
ILIPILA por Ilipla
ILITURGIS por Ilturgis
ILTIRAKA por Iltraka
ILTIRKESKEN por Iltrisken
ILTIRTAR por Iltrita
IPITUKI por Iptuki (Iptuci)
IULIA TARATUKITA por Iulia traducta
KALAKORRIKOSH por Clagorricos
KARALUS por Kralus (Gralus)
KARAKURRIS por Krakurris (Gracurris)
KURUKUATIN por Krukuatin
PELAISHKOM por Plascom (Blasco)
PELIKIO por Plikio (Pliquio).
PILPILIS por Piblis (Bilbilis = Bibli)
PIRIKANTIN por Piricantin (Brikantin = Brigantin)
PURUTOPIRIGA por Prutobriga (Burutobitiga = Brutobriga)
SHEKOBIRIKES por Sekobrikes (Segrobriga)
SEKISI por Seksi (Sexi)
USEKERTE por Usekrete
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Pese a todo, no debiéramos generalizar, considerando que siempre hay que aplicar la norma de aliteración de consonantes. Es más, en mi opinión aquella alteración se cumpliría en apenas algunas ocasiones (tal como sucede en el japonés). De tal manera, si regresamos al ejemplo nippón veremos cómo es común interponer la reiteración de sílabas solo cuando se precisan dos consonantes seguidas, como en el caso que explicábamos de Ma-do-ri-do (por Madrid). Aunque en el alfasilábico de Iberia, al contener determinadas vocales sueltas (R, RR, S, SH, M, N, L) se podría jugar y alternar con algunas más, para anotar aquellos sonidos que faltan. Pese a todo, los casos de flagrante repetición de sílabas (como BILBILIS, KURUKUATIN etc), hemos de considerar que debieran leerse tal como hacemos al ver “Madorido” escrito en el japonés antes explicado.
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Por su parte, ampliaremos más otras situaciones en las que pueden sucederse “extraños” cuando utilizamos estos alfasilábicos, sirviéndonos de ejemplo nuevamente la “Katakana”. Donde para escribir ángel, veremos que ponen algo semejante a “anugelu”. Tanto es así, que yo estoy acostumbrado a escuchar mi nombre en las diferentes formas en que lo pronuncian los japoneses que me rodean y que es: “Annferu” o bien “Anngeru” (ンジェル). Pues para ellos el sonido “G” y “F” es tan parecido como para los íberos lo fue el “B” y “P”; a la vez que en Japón no se distingue entre “L” y “R”. Tanto que cuando se trata de productos empaquetados y que llevan su nombre destacado en alfabeto, es normal verlo en las dos formas -tal como sucede con los fideos “Lamen” o “Ramen” (indistintamente escritos, sin que les preocupe que en un caso lleve una “L” y en el otro una “R”)-.
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Ante tales dificultades de acento y adaptación explicadas; cuando los idiomas se basan en sistemas silábicos, veremos a continuación cómo debemos partir de algunas hipótesis de resolución (o simplificación). Pues cuando el sistema que usamos no nos deja escribir sonidos como “BN” y “PN”; “KN” y “GN”; “TN” y “DN” (tal como sucedía entre los iberos). Ha de abrirse una posibilidad de transcribirlos de otro modo; tal como sucede entre los japoneses que para nombrarme pronuncian: A-Nu-GE-Lu.
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SOBRE ESTAS LINEAS: Mi mujer (de kimono) y yo (a la izquierda), junto a Manuel Ocaña y Ma.Frca. del Valle, en los días en que estos amigos nuestros nos pusieron en contacto con el profesor Martín Sánchez Ruipérez.
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BAJO ESTAS LINEAS: Nuevamente recojo los alfasilábicos japoneses; la Hiragana, para escribir palabras autóctonas y la Katakana, para voces extranjeras. Tal como he comentado, hace unos veintisiete años pude conocer al profesor Martín Sáchez Ruipérez gracias a que nos puso en contacto un amigo común (Manuel Ocaña). Mantuve con este importante catedrático de griego clásico una extensa reunión hablando sobre las posibilidades del heleno-iberismo; en la que él me indicó que era importante tener en cuenta otros alfasilábicos, para llegar a comprender el mundo ibérico. Aunque en aquella ocasión yo tan solo deseaba trasladarle lo que por entonces pensaba acerca del idioma ibero, expresándole la gran influencia que habría tomado del griego arcaico. Este profesor -especialista en lengua helena y en sus dialectos- sabiendo que me iba a ir a vivir a Japón, prefirió orientarme indicándome que indagase sobre el modo de expresarse y escribir de los nippones (para ver si lograba resolver algo del mundo prerromano peninsular).
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No tuve muy en cuenta por entonces sus palabras, al considerar que realmente entre el japonés y el ibero tan solo había una coincidencia en el modo de redactar, basándose en una fórmula alfasilábica. Aunque pasados los años fui meditando de nuevo las palabras de Sánchez Ruipérez, hasta darme cuenta de que un método igual de redactar, conlleva a unas mismas soluciones fonéticas. Es decir, que la escritura termina influyendo en la forma de pronunciar las palabras y hasta en la plasticidad idiomática. De este modo, llegué a pensar que los alfasilábicos usados para escribir en Japón, quizás motivaron que su lengua fuera claramente pronunciada y casi con acento mediterráneo (sin oscuridad en sus sonidos). Con un acento muy distinto al chino, donde posiblemente el Kanji (ideogramas) posibilitaba que cada vez se complicase más la fonética, hasta el punto de hacerse inteligible su pronunciación para un occidental. De ello, pese a que los japoneses escribieran también en Kanji, la pronunciación se habría transformado y “aclarado” por la necesidad de recoger todos estos términos también en Hiragana (sílaba por sílaba). La conclusión además invitaba a pensar que aquellos idiomas escritos en sistemas alfasilábicos (como el ibero o el japonés), contienen unas limitaciones muy concretas. Siendo imposible concatenar ciertas consonantes seguidas; tal como hemos explicado y debiendo decir y escribir SEGOBIRIKES (en vez de Segobrikes) o ANUGELU (en lugar de Angel) (2) .
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4) FINAL: OTRAS CONSONANTES UNIDAS (posibles formas de “KT”, “BN” y “PN”; “KN” y “GN”; “TN” y “DN”):
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Para terminar, nos quedaría ver la forma en que pudiéramos reconocer otros fonemas que los iberos no pudieron recoger con sus alfasilábicos; voces que debieron “describir” de un modo aproximado, intercalando “sonidos inexistentes”. Principalmente algunos como la “PN” o la “KN”, tan comunes en los idiomas mediterráneos y que forman palabras como “apnea”, “acné” y “Aracne”. Pues si bien hay que partir de que ls iberos para escribir “Kronos”, deberían poner “Ku-ronos”; tampoco hay que olvidar el modo en que resolverían la fórmula de expresar Erektéion, que tendría que ser Ere-ku-téion.
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De tal manera, la última hipotesis a seguir es observar si cuando vemos “...BA-N...”, “...BE-N...”, “...BI-N...”,“...BO-N...”,“...BU-N...” (en mitad de una palabra) no debemos interpretar a veces simplemente “...BN...” . Consecuentemente y para estos casos, podemos establecer algunas reglas de lectura mas, como son:
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_KAT_”, “_KET_”, “_KIT_”,“_KOT_”,“_KUT_” = KT de ereKTeion
_BAN_”, “_BEN_”, “_BIN_”,“_BON_”,“_BUN_” = BN de aBNal
_PAN_”, “_PEN_”, “_PIN_”,“_BON_”,“_PU-N_” = PN de aPNea
_KAN_”, “_KEN_”, “_KIN_”,“_KON_”,“_KUN_” = KN de araKNe
_GAN_”, “_GEN_”, “_GIN_”,“_GON_”,“_GUN_” = GN de treGNo
_TAN_”, “_TEN_”, “_TIN_”,“_TON_”,“_TUN_” = TN de arTNos
_DAN_”, “_DEN_”, “_DIN_”,“_DON_”,“_DUN_” = DN de coDNa
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Este es el caso que sucede en ABDERA (Adra), que realmente la veremos escrita como “A-BE-DE-R-A”; cuya reticencia sonora central (BEDE) nos indica que es Adra ó bien Abra (Abdera). Algo que pudiera suceder con A-R-KE-TU-R-KI , que quizás tuvo que escribir así ARKTURKI. Al igual que observamos en KE-R-T, KE-R-E-T, KE-R-I-T (CER, CERT, CERET, CERIT) Jerez de los Caballeros.Tal como sería el caso de I-KA-L-E-S-KE-N, ó I-KA-L-KU-S-KEN = IKALESKEN, ó IKALKUSKEN (IKALENSKEN), que yo personalmente leo como una sucesión crasis y en la forma “IKLESKN” (que generaría Uclés -Cuenca-). Siendo la misma transformación que observa: I-P?-TU-KI = IPiTUKI = IPTUCI (taller ibero-púnico del grupo de Sexi, Abdera o Dipo; que se localiza en Prado del Rey, Cádiz). Al igual que S-E-KI-S-I = SEXI (Almuñecar).
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De tal manera y bajo las normas antes deterimadas, creemos que podemos ajustar mejor la lectura de los epigramas ibéricos (que tras este capítulo iremos analizando).
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SOBRE Y BAJO ESTAS LINEAS: Dos fotografías curiosas de 1910, en las que podemos ver a mi familia visitando las ruinas y alrededores de Segóbriga (en las proximidades de Saelices, Cuenca). Arriba, excursión al Cabezo del Griego de los Santafé y los Cobo Canalejas. En el centro, algún empleado en las excavaciones les explica los pormenores del yacimiento; en el que por entonces trabajaba un tal Mr. Thompson (quien buscaba el nombre de aquella urbe romana). A la izquierda y sobre una yegua mi bisabuela materna; a su lado -en borrico- su futura consuegra y en el centro, las hijas menores de ella también en burro. Detrás y a caballo, los hermanos Santafé (a la derecha mi abuelo, con su hermano Jaime en brazos); en el centro y sobre cabalgadura blanca, el hermano de mi abuela (Eloy Cobo) llevando a un familiar.
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Imagen bajo estas lineas, mi bisabuela Carolina subiendo al Cabezo del Griego, en la misma excursión ayudada por un empleado del lugar. Tras este, aparece al fondo el rostro de mi abuelo, a caballo. Por aquel entonces, varios mecenas dedicaban su tiempo y dinero a excavar de manera privada el Cabezo del Griego. La familia de la progenitora de mi madre (los Cobo Canalejas) era originarios de Cuenca, de las proximidades de Saelices -la “Segobiriga” ibérica- y mi gran afición a la arqueología en parte procede de ellos. Al parecer, lograron impulsar aquel proyecto de excavaciones gracias a su amistad con Benigno Vega-Inclán, nombrado por Canalejas comisario de Cultura. Pese a todo, tras el asesinato de Jose Canalejas en 1912, las expectativas de seguir estudiando el cerro parece que se desvanecieron.
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CITAS:
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(1): PARA LOS INTERESADOS EN ESTA PIEZA, RECOMENDAMOS LEER:
Revisión de la inscripción celtibérica de la estela de Trébago
Una estela y otros hallazgos celtibéricos en Trébago (Soria) Fernando Romero, https://www.researchgate.net/publication/28267334_Una_estela_y_otros_hallazgos_celtibericos_en_Trebago_Soria
(2): Para los interesados en consultar más sobre idioma japonés les remitimos la página desde la que hemos tomado el gráfico anterior de Hiragana y Katakana:
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Con motivo de celebrar que este blog ha superado los cuarenta y ocho mil lectores (con más de 48.800 lecturas), aprovechamos incluir mi música para quienes quieran escucharla.
En primer lugar podremos oir PLÉYADES, sexto movimiento de los doce que tiene mi ballet TARTESSOS, compuesto y terminado cuanto estaba en La Mili en Sevilla, en 1982 (grabación en semidirecto en Japón 1991). PULSAR SOBRE:
https://www.youtube.com/watch?v=Nw1g-OKTqyQ
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Tras ello invito a mis lectores a oir, la primera parte de MAEBASHI (LUZ); una de mis últimas obras. Suite de guitarra que también consta de doce movimientos, compuesta entre 2010 y 2011, dedicada a la ciudad en la que vivo (en Japón). En grabación semidirecta en Japón, pueden escuchar las tres piezas de la primera parte: LUZ (Atardecer, Amanecer y Luz de Maebashi).
PULSAR SOBRE SUS ENLACES:  
https://www.youtube.com/watch?v=NV8uqxKW434
https://www.youtube.com/watch?v=oM_vIP7Ryyk
https://www.youtube.com/watch?v=oM_vIP7Ryyk